Política

Panorama político bonaerense: Un espejo invertido para Alberto

 

El armado de una  mesa política de conducción –la “institucionalización”, en jerga elegante- del Frente de Todos bonaerense, que definieron Sergio Massa, Máximo Kirichner y Axel Kicillof, coloca a la Provincia como el “contra modelo” político de lo que ocurre con el oficialismo a nivel nacional, y es un paso más en la guerra de trincheras contra Alberto Fernández. En la oposición, el affaire del comunicado por Javier Milei, aunque parezca un avatar puramente nacional, tendrá su impacto en la dinámica bonaerense.

La foto con la cual se comunicó la “institucionalización” del FdT se la sacaron en la Gobernación Kicillof, Malena Galmarini (en representación de Massa) y Máximo. Y es una imagen que define por lo que contiene y lo que excluye. No hay, es ostensible, representantes del albertismo y sí de fuerzas menores del FdT en PBA: Mónica Macha (Nuevo Encuentro), Carlos Castagnetto (Kolina), Mario Secco (Frente Grande), más Verónica Magario, Martín Insaurralde y Cristina Álvarez Rodríguez.

Para explicar el formato, se dijo que se optó por incluir a los partidos que integran el Frente en PBA, pero no cierra: faltan algunas fuerzas (Miles, PC) y, o el PJ está sobrerrepresentado o no se sabe qué partido fundaron la vicegobernadora y el jefe de Gabinete. Además, podría haber elegido cualquier otro criterio para sumar gente del Presidente, que tiene a bonaerenses de trayectoria a su lado, como Martín Katopodis o Juanchi Zabaleta. Pero había que querer hacerlo. Y era justamente lo que no ocurrió. El mensaje era otro: no solo la exclusión del albertismo, sino la explicitación de un modelo político, que funcione en espejo invertido de lo que ocurre en Nacóòn.

Por eso en la Provincia va a haber una mesa que coordine la política, en diálogo con la gestión: es exactamente lo que se le reclama a Fernández. La traducción brutal es el abierto y repetido pedido de salida de Martin Guzmán (más Matías Kulfas y Miguel Pesce), pero la cuestión de fondo es la política económica en general. De hecho, es la polític aa secas. Un dato: PBA no fue la primera que largó la advertencia: “Coqui” Capitanich institucionalizó, con el mismo modelo, hace unas semanas el Frente de Todos de Chaco.

Como ocurre hacer un tiempo, la pelota queda en la cancha de Fernández, que por ahora “finge demencia” y no respondedesafíos. Por lo pronto, el FdT institucionalizado es también un marco de convivencia política para el oficialismo bonaerense hasta 2023. O hasta que llegue el momento de definir las candidaturas en un territorio al que el oficialismo llegará con ese sello como vehículo electoral, algo que a nivel nacional está en duda.

Todo ocurre en un momento en el que, además, la batalla K contra Guzmán mejora el  vínculo entre Kicillof y Máximo Kirchner, que tienen un adversario en común (aunque el segundo sea, por motivos, valga la solo aparente redundancia, más institucionales, mucho más duro que el primero) y devuelve al gobernador cierta centralidad en el Frente: es otra vez consultor económico no solo de CFK, sino de varios otros gobernadores y hasta de actores del círculo rojo.

El respaldo del massismo confirma que, como se contó acá, más allá de amagues de rupturas y lanzamientos bonaerenses que no se concretaron, su jefe tiene la mira en la pelea nacional. Para Kicillof, al que le mandó un mensaje de respaldo a su plan de reelección, es una señal de que no lo tensionarán para que compita “arriba”, su mayor temor. Otro indicio al que se aferra, aunque podría ser más ambigiguo respecto de la seguridad de que no lo corran de territorio: Una encuesta, de circulación interna, que lo da 47 puntos por encima de Martín Insaurralde.

En la oposición, la figura de Milei, que “roba” votos a varios pero sobre todo a Juntos vía PRO, fue el centro de un affaire curioso: la firma –tras una dura discusión- de un comunicado en el que se lo excluía de esa última fuerza, que fue primero apoyado y luego rechazado por Patricia Bullrich y, en con menor énfasis por Mauricio Macri. Ellos, contra lo que pasa con los radicales, que como se acordó en La Plata la semana pasada podrían romper si hay acuerdo con él, son los que mejor sintonía tienen en PRO con el libertario.

El ida y vuelta de posiciones es curioso y expone una situación política en esa alianza no menos convulsionada que la del oficialismo, que dicho sea de paso otra vez festejará por separado a una fecha clave de su calendario, el día del Trabajador.

Pero se da en un contexto específico: en La Nación+, el más filo macrista de los canales de noticias, la contracara exacta del albertista C5N, se anunció que Macri tiene decidido ser candidato otra vez.  “Patricia rompió el comunicado como respuesta a eso”, dicen en PRO.  Difícil saberlo.

Más interesante es la dinámica que podría abrir la novedad, se concrete o no: un Macri con más liderazgo, lo que se traduciría en un Larreta en segundo plano, protegido del desgaste del descontento generalizado o descartado, nadie lo sabe. Para Diego Santilli y, en menor medida, Néstor Grindetti, es una buena noticia, como todo lo que afecte negativamente a Bullrich. (DIB)

 

Por Andrés Lavaselli

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