Suecia y Finlandia anunciaron que apurarían su ingreso a la OTAN, previsto para junio, en respuesta a la ofensiva rusa en Ucrania. En el Kremlin no esperaban este paso, que en la práctica supone abandonar la neutralidad. Por eso el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y expresidente del país, Dmitri Medvedev, “ya no se podrá hablar de un Báltico sin armas nucleares y el equilibrio deberá ser restablecido”.
“Si Suecia y Finlandia se unen a la OTAN, la longitud de las fronteras terrestres de la alianza con Rusia se duplicará con creces”, señaló Medvedev, para después aclarar que Moscú deberá “fortalecerse” y “restablecer el equilibrio”. En ese sentido, admitió que su país estudia “propuestas para fortalecer nuestro flanco occidental en el contexto de la construcción del potencial militar de la OTAN”, aunque sin develar su contenido.
Medvedev dejó de lado las amenazas veladas y directamente se refirió a la necesidad de “reforzar a la agrupación de fuerzas de tierra, la defensa antiaérea, desplegar importantes fuerzas navales en las aguas del golfo de Finlandia”. Suecia y Finlandia habían adelantado esta semana que el proceso de integración a la OTAN podría concretarse en junio, pero sus líderes informaron que adelantarán la entrada a la organización.
“Yo creo que ocurrirá rápidamente. En unas semanas, no meses”, dijo ayer miércoles la primera ministra sueca Magdalena Andersson, mientras que su par finlandesa, Sanna Marin, sostuvo que “no hay otra forma de tener garantías de seguridad que en el marco de la defensa conjunta y la disuasión”. Moscú no tardó en desacreditarlas. La vocera del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, dijo que “son declaraciones poco inteligentes” y “una especie de propaganda y provocación”.
“No responden a los intereses de los pueblos de estos países, sino a los de la alianza”, agregó la vocera, en un libreto seguido hoy por Medvedev, quien apuntó a la división que genera la incorporación a la OTAN en la población de ambos países, si bien las encuestas reflejan que una mayoría creciente apoya la decisión de Andersson y Marin, es especial desde el inicio de la guerra en Ucrania.
“Nadie sensato quiere que aumenten los precios y los impuestos; que aumente la tensión a lo largo de las fronteras, que hayan (misiles) Iskander, (armas) hipersónicas y buques con armas nucleares literalmente a un paso de su casa”, avisó Medvedev. Con Suecia y Finlandia, todos los países nórdicos y bálticos quedarán dentro de la alianza militar. Y en el caso de Finlandia, la OTAN extenderá 1.300 kilómetros de frontera con Rusia. No es el escenario que esperaba Moscú, que ahora reacciona entre descalificaciones y amenazas.