Alvarado tenía sed de revancha. Toda la semana se pensó en volver al triunfo cuanto antes, a demostrar que lo que había pasado en la cancha de Chacarita no era la verdadera versión de lo que este grupo podía dar.
Esta tarde en el Estadio “José María Minella” recibió a Guillermo Brown de Puerto Madryn bajo el interinato de Osvaldo Nartallo y luego de la salida de Gastón Coyette. El partido fue parejo y disputado, pero se sostuvo una fisonomía de juego que era lo que estaba trabajando el entrenador anterior.
Con Nazareno Solís y Nahuel Menéndez por las bandas, el juego se volcaba mucho por allí, pero como en otros tramos le costaba que la pelota le llegue limpia al centrodelantero Facundo Pons. A lo largo del partido, la movilidad de Astina era clave, porque cuando el delantero está bien físicamente empieza a ganarse un lugar en el once inicial y a rendir.
A punto tal que luego de la paridad mostrada en el juego, pero con el local dominando mayor tiempo el balón, llegó el penal que le cometieron al propio Astina y que él mismo se encargo de patear. Se hacía desear la victoria porque Ferrero le contuvo el remate y el partido siguió igualado.
El desahogo para el plantel, el cuerpo técnico y, sobre todo, la gente del “Torito” en el Minella se dio recién a los 36 minutos cuando Ferrero salió a descolgar un centro y se le escapó la pelota de las manos. Valiente estaba allí y la empujó para marcar la única diferencia en el marcador.
Alvarado volvía a sonreír rápidamente en un torneo que no da tregua y que no sólo tiene una alta exigencia, sino que a veces deja sin entrenador a un grupo que no encuentra buenos rendimientos de manera consecutiva. Ahora, con el desahogo consumado y tres puntos más, se espera la confirmación del nuevo entrenador que tendrá el equipo.
Fuente: www.marcadeportiva.com
