Tras los ataques de Rusia a Ucrania, la OTAN se encuentra en lugar fundamental: se enfrenta a la mayor amenaza desde el fin de la Guerra Fría hace más de 30 años. Luego de las sanciones de la Unión Europea, en Bruselas llegaron las advertencias militares.
A través de un conferencia virtual, se reunieron los 30 jefes de Estado de la OTAN y publicaron en un comunicado que “la decisión del presidente Putin de atacar Ucrania es un terrible error estratégico por el que Rusia pagará un premio muy alto, política y económicamente, durante años”.
De esta manera, establecieron “planes de defensa” frente a la “más grave amenaza para la seguridad euro-atlántica en decenios”. Así, la OTAN, también llamada la Alianza Atlántica, aseguró que Rusia llevaba meses planeando el ataque contra Ucrania.
“La paz que reinaba sobre el continente ha volado en pedazos. Rusia, como Bielorrusia, tendrán que responder de sus actos ante el mundo entero. Llamamos a todos los Estados a condenar sin reservas este ataque inadmisible. Que nadie se deje engañar por el flujo de mentiras del Gobierno ruso”, dice el comunicado.
Ante esta situación, los dirigentes acordaron “tomar todas las medidas y decisiones necesarias para preservar la seguridad y la defensa de todos los aliados”. Además, pusieron a disposición fuerzas terrestres y áreas de defensa en la parte oriental del territorio de la Alianza.
“Activamos planes de defensa de la OTAN para prepararnos y responder a una serie de eventualidades y para asegurar el territorio de la Alianza, sobre todo movilizando fuerzas de reacción”, agregaron.
Por último, aseguraron que habrá nuevos envíos de tropas a países como Estonia, Letonia, Lituania, Polonia o Rumanía a corto plazo, pero también se asentarán en esos países más tropas de la OTAN a largo plazo “para tener una disuasión y una defensa fuertes y creíbles en el conjunto de la Alianza”.
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