La obra Criminal, escrita por Javier Daulte, prevé un territorio reconocible, pero distorsionado: el del psicoanálisis y sus taras. Sin embargo, lo que la pieza reconstruye es ese mismo universo pero como sátira: uno en el que la clase media se ha refregado hasta convertirlo en cliché y lugar común. Y si esto es posible, es porque no diciéndolo sino jugándolo desde géneros como el policial negro y el melodrama.
Con la dirección de Mario Carneglia y los protagónicos de Eduardo Zanoli, Lucila Iriarte, Paula Esteve y Santiago Maisonnave, la obra volverá a presentarse este miércoles desde las 21 en la Sala Melany del Centro de Arte MDQ (San Luis 1750). Los actores recrean a un matrimonio a los profesionales que los atienden, ellos también perdidos en la maraña de comportamientos complejos.
Daulte, autor fetiche del momento, vuelve a meterse con la clase media, pero no directamente con ella, sino más bien con aquellos ámbitos abstractos que ha sabido construir como imaginarios colectivos. Si en Baraka era la amistad masculina como reconstrucción de los celos y las traiciones, aquí es la pareja y los vínculos, satirizados a través de la deformación que propone el psicoanálisis.
A través de una interesante una puesta en escena conceptual, donde el mundo es visto como un cuadrilátero, el espacio es utilizado como puesta en abismo del inconsciente de cada personalidad. Y, mucho más atractivo, de aquellos que analizan y siempre están por fuera, pero en esta oportunidad no pueden tomar distancia. Los sentimientos y la crisis que llega cuando estos desaparecen, es parte de Criminal, que juega también con la negrura como tono más reconocible.