El acto de dar limosna es mucho más complejo que el simple instante donde una persona pide y otra da. Aquel que da -o que elige no dar- resume en escasos segundos un mundo interior integrado por diversas actitudes culturales y puntos de vista personales. En el rostro del que da se esconden algunos conflictos básicos de la sociedad contemporánea: doy porque queda bien, doy porque quiero, doy sin ganas, doy pero hago sentir que estoy dando.
Sobre la base de un episodio de estas características parte El misterio es dar, obra protagonizada por Adriana Aizenberg que se verá hoy a las 21 en la Sala Melany del Centro de Arte MDQ (San Luis 1750). La pieza está dirigida por Laura Yusem y el texto es una adaptación que hizo Griselda Gambaro de un cuento propio.
En la obra, Aizenberg compone a la señora Schneider, una mujer mayor que vive sola y que no tiene con quien hablar. De pronto vive una experiencia que será para ella una gran aventura: una persona le pide limosna. Pasa que la señora Schneider es una mujer contradictoria y al mismo tiempo compasiva.
El misterio de dar es una versión teatral de un cuento que integra el libro Lo mejor que se tiene de Gambaro, editado en 1998. Hace poco más de dos años, la autora lo adaptó a monólogo y lo escribió para la escena: “quería, en el presente del teatro, ver y oír en escena a la mujer anciana del relato”, explicó.
En el título de la obra podemos encontrar, resumido, lo más importante: una persona que no tiene casi nada y que en un acto que ella misma no entiende, lo da todo. Dar o no dar limosna siempre es un tema que produce perplejidad y contradicciones como las que expresa este personaje.
La musicalización de El misterio de dar es de Claudio Koremblit y Adriana de los Santos; la asistencia de dirección de Marcelo Méndez; la iluminación de Alejandro Le Roux y la escenografía y vestuario de Graciela Galán. La obra llega a la ciudad como parte del convenio entre el Centro de Arte MDQ y el Teatro Nacional Cervantes.