Esta ocasión será momento para que todos los fieles recen por los sacerdotes de la diócesis y por los del mundo, pidiendo especialmente por su fidelidad y santidad. Este es el mensaje que el Obispo de Mar del Plata ha querido transmitir durante todo este año a los fieles, en cada oportunidad, haciendo hincapié en el apoyo al Papa Benedicto XVI durante este momento de dificultades en la Iglesia. “Si se dejara de celebrar misa, por falta de sacerdotes, no existiría más la Iglesia. Por eso pidamos para que haya más sacerdotes y también por la gracia de santos sacerdotes para que ayuden a que la imagen de la Iglesia sea más transparente y atraiga a más hombres porque muestren el rostro de Buen Pastor”, insistió durante la homilía del Jueves Santo y luego agregó “recen por todos los sacerdotes, por su fidelidad, por su santificación y especialmente por nuestro Santo Padre, y tan atacado en estos últimos días para que el Señor lo fortalezca, para que nuestra oración llegue al corazón de Dios, y el Señor lo ayude a llevar esta cruz que le pide en este momento”.
En toda la Iglesia Católica, el Año Sacerdotal comenzó el 19 de junio de 2009 y se extenderá hasta el próximo viernes 11 de junio. Con el lema “Fidelidad de Cristo, Fidelidad del sacerdote”, el mismo fue convocado por el Papa Benedicto XVI en el 150° aniversario del nacimiento de Juan María Vianney, el santo patrón de todos los párrocos del mundo.
El significado de este año para los sacerdotes
“Yo hace poquito que soy sacerdote, pero ciertamente el Papa nos marcó la impronta de este año: un tiempo para reflexionar sobre el propio misterio vocacional, para trabajar en el amor al sacerdocio y la fidelidad. Estos son rasgos que uno tiene que trabajar durante toda la vida, porque no es algo acabado sino que se van profundizando a lo largo de los años como todas las vocaciones. Es un año para redescubrir la riqueza de nuestra vocación sacerdotal. Me impresionaron muchísimo las palabras del Cura de Ars, Dios se arrodilla ante las palabras pronunciadas por un hombre, son palabras pronunciada por Jesús y Dios se hace presente, qué gran misterio” expresó el presbítero Fabián Miranda, actual vicario parroquial de Cristo Rey de nuestra ciudad, y que tiene 29 años de edad y tres como sacerdote.
Por su parte el párroco de San Andrés de Miramar, el presbítero Fernando Mendoza con 43 años y trece de sacerdote, consideró que este fue “un año de gracia” y explicó que para él fue “tiempo de volver a la unción de nuestra consagración; de refrescar, hacer nuevo, volver a pasar por el corazón y la memoria lo que somos. Y refrescarnos en la entrega, no acostumbrarnos jamás a este misterio que el sacerdote es”. Luego agregó “fue un tiempo para que tomemos consciencia, y nos terminemos de decidir por la santidad. También para que todo el pueblo de Dios valore el misterio sacerdotal y que rece mucho por sus sacerdotes y por los que vienen. Tiempo de mirar sobrenaturalmente porque a veces lo que llega de los sacerdotes es una mirada muy horizontal, humana; lo que pretende la Iglesia es que miremos el ministerio sacerdotal como parte del ministerio de Jesucristo”.
Finalmente el presbítero Román Bustinza con 72 años y 44 como sacerdote, consideró “fue una ocasión para reafirmar más profundamente el seguimiento de Cristo, su estilo de vida, y que busquemos una mayor fidelidad y también en los tiempos de crisis actual”. “Fue un año de mayor oración por las vocaciones, para que los jóvenes descubran la riqueza del sacerdocio, y no se dejen llevar por las apariencias del mundo un poco materialista de hoy que ofrece, engaña y seduce a muchos con ese brillo de la prosperidad y bienestar material”, manifestó el párroco de las localidades de La Dulce y Juan N. Fernández.