La Secretaría de Cultura informó sobre la continuidad de las obras de restauración de la Villa Victoria, antigua casa de veraneo de Victoria Ocampo construida enteramente en madera y cuyo origen data del año 1912.
La Asociación Amigos de Villa Victoria, en conjunto con la Secretaría, desarrollan una exhaustiva búsqueda y reparación de las piezas que se encuentran en mal estado debido al paso del tiempo y la falta de mantenimiento oportuno.
Los trabajos, que comenzaron hace casi dos años, actualmente siguen con una fuerte intervención en las fachadas de las calles Quintana y Arenales.
Horacio Goyeneche, arquitecto que integra la Asociación Amigos, explicó en qué consiste el esquema de trabajo: “Estamos continuando en las dos etapas finales de restauración. Los principios, las maneras, las prácticas de trabajo son las mismas que usamos para el resto de la casa y que fuimos construyendo en función de la experiencia que nos dio haber trabajado en la fachada de Matheu con la máquina hidroelevadora que nos prestó el EMVIAL en cada una de las etapas”.
El profesional a cargo expresó que contar con esa maquinaria “ha sido fundamental para continuar las obras con la calidad y la precisión que Villa Victoria se merece”, ya que se hace imposible utilizar andamios no solamente por las galerías del diseño original sino también porque el peso podría comprometer la estructura.
“La casa, en este momento, tiene 109 años -continuó Goyeneche- y es uno de los pocos bienes patrimoniales que tiene la ciudad que son totalmente de madera. Eso hace que, de alguna manera, tenga una cierta vulnerabilidad para implementar los trabajos que hacen falta, pero esta máquina nos permite hacer un diagnóstico muy exacto: estamos determinando cuáles son los elementos que están deteriorados y que habrá que reemplazar”, detalló.
La particularidad de las obras de restauración en este caso está dada porque se abordó con una gran minuciosidad cada característica de la antigua casona de Victoria Ocampo. Y reponer el tipo de madera que se utilizó, el machimbre inglés, lleva mucho detalle. Así lo explica Goyeneche cuando destaca que “tenemos que cambiar algunas de las maderas de la fachada y eso implica sacar trozos, llevarlos a taller, hacer plantillas, hacer la copia, el maquinado para tener la forma exacta que tiene la madera”.
Respecto de la finalización de estos trabajos de restauración, el arquitecto cuenta que “es cierto que todo está enmarcado en un proceso, pero la experiencia nos dice que los cronogramas se alteran cuando hablamos de restauración, porque uno se va encontrando con dificultades no previstas inicialmente que hacen que el plan se amplíe. Por ejemplo, en vez de cambiar un fragmento de la madera decidimos cambiar las maderas completas, porque las maderas de las fachadas de esta casa tiene que ver con una cuestión estructural, no es solamente un revestimiento”.