Los especialistas acuerdan en que el futuro del sistema de salud tendrá más tecnología y se reducirá mucho la presencia en centros de salud. La medicina a distancia crece en todo el mundo y promete democratizar la atención médica. Cambios que llegaron para quedarse.
La situación sanitaria que atraviesa el mundo ha puesto en tensión los sistemas de salud más desarrollados y, en ese contexto, la emergencia de alternativas que permitan darle sostenibilidad a la creciente demanda marca la diferencia, en muchos casos, entre la vida y la muerte.
La telemedicina y la internación domiciliaria son dos de esas opciones que vienen teniendo un fuerte crecimiento a escala global, y que la omnipresencia del Covid-19 aceleró, pero cuya historia excede al coronavirus y su futuro también. La irrupción del Covid-19 en el escenario de la salud pública y privada obligó a la atención en aislamiento y multiplicó la consultas a través de plataformas digitales.
Esta posibilidad que brinda la tecnología permitió, entre otras cosas, que enfermedades prexistentes, patologías emergentes durante el aislamiento o tratamientos en general pudieran tener continuidad a pesar del COVID-19, un riesgo del que alertó la Organización Mundial de la Salud al informar que más de la mitad de los países, un 53%, ha interrumpido parcial o totalmente los servicios de tratamiento de la hipertensión. Lo mismo con la diabetes (49%) y con emergencias cardiovasculares (31%).
El desafío que enfrentan las ciudades y los países en todo el globo es poder llevar el servicio de salud a otra etapa, a un nuevo modelo de gestión que permita que los médicos lleguen a muchas más personas, reduciendo costos y evitando la saturación de camas en clínicas y hospitales. Para eso hay aliada: la tecnología. Soportes de inteligencia artificial, soluciones específicas de software e innovación constante permiten nuevas potencialidades de la atención médica a distancia, aportando un cambio de escala exponencial.
Juan Estévez Jáuregui, presidente de la empresa local “A Domicilio Salud” destacó: “Mar del Plata registra 5387 contagios desde el comienzo de la pandemia y el sistema de Salud público y privado está en tensión. Nosotros hoy estamos tratando 3200 pacientes con COVID, y más de 7000 en total desde marzo, que no sólo corresponden a casos locales, sino de la región AMBA y de otros puntos del país y es posible seguir brindando atención a partir de una tecnología que desarrolló una empresa también marplatense, y que es prácticamente única en el mundo.”
Los servicios de salud que están en serias dificultades podrían derivar la atención de pacientes con síntomas de COVID-19 que no estén ingresados en clínicas y hospitales a este tipo de empresas: médicos de cualquier parte del país pueden atender pacientes con coronavirus sin necesidad de moverse de sus lugares de residencia, llevando atención de calidad, inmediata, transparente y permitiendo que el paciente se mantenga en su entorno familiar durante el aislamiento.
Estévez Jauregui destacó que “el paciente no tiene que instalarse nada, sino que el médico, a través de aplicaciones propias, accede a la consulta y el paciente, desde cualquier navegador y sin necesidad de conocimientos previos ni ninguna tecnología sofisticada, puede recibir atención, seguimiento, tratamiento y hasta medicamentos sin moverse de su casa. La potencialidad es enorme. Hoy la prioridad es resolver la atención de pacientes con COVID-19 en todo el país, y podemos hacerlo con esta tecnología desarrollada en la ciudad”.
Los cambios en el sistema de salud que aceleró la pandemia llegaron para quedarse. El crecimiento de este tipo de desarrollos parecen confirmar que el futuro de la salud estará organizado en torno a las nuevas potencialidades que brinda la tecnología y la gran capacidad técnica y humana de los profesionales de la salud, generando accesibilidad, inmediatez, inteligencia digital y mayor capacidad de atención médica.