A los gatos les encanta estar en la casa y pueden vivir muy bien en confinamiento. Pero a diferencia de otras mascotas, necesitan delimitar sus espacios para comer, jugar y dormir. Por eso, la cuarentena les podría estar jugando una mala pasada.

No se puede decir que no sean cariñosos. A los gatos les encantan las caricias y los mimos, pero de manera administrada. Es normal que, dadas las condiciones actuales, algunos le rehuyan al exceso de contacto físico.

Esto no es otra cosa que la necesidad que tienen los felinos domesticados de proveerse su propio espacio personal, y es posible que, por estos días, muchos de ellos se sientan abrumados.

Las recomendaciones profesionales indican que no hay que preocuparse por este comportamiento, pero sí estar atentos. Lo correcto es dejar que el gato se acerque solo y no estarle todo el día encima.

Los gatos también pueden sufrir ansiedad y estrés y estos son los síntomas que pueden indicarnos que estén pasando por estos trastornos: cambios en sus hábitos de aseo, orejas aplastadas, arqueo de espalda, cola baja o recogida, muestras de dolor al orinar, rascado excesivo, mordeduras y otras conductas agresivas.

También se aconseja estimularlos con juegos que les permitan satisfacer sus instintos. Ver a los gatos saltando y acechando objetos u otros animales es señal de buena salud.