El diputado provincial Guillermo Castello salió de su zona de confort. Entre los “lilitos” le reclamaban pierna fuerte con todas las cosas que pasan en Mar del Plata. Según el programa “Lo que el día se llevó” que se emite en canal de La Nación el tema llegó a Exaltación de la Cruz y los emojis no lo favorecían.
Claramente llegar es más fácil que mantenerse, y una lánguida pre candidatura a intendente es casi un compromiso, genera otra necesidad de vituallas para la campaña. Una vez más, quedó demostrado que llegar es más fácil que mantenerse y en eso andan quienes deben renovar en octubre.
Se puso áspero en varios temas, entre ellos Uber y piqueteros, fue a fondo como nadie en el oficialismo y salió de un ostracismo que impactaba. En el elenco de la Coalición Cívica, esperan duplicar la cantidad de bancas en todos los órdenes, pero la que defiende los trapos es la diputada nacional cuando pelea lugares en las listas, siempre enfrentando a pesos pesado.
Al escribano lo empujaron y salió a la cancha con los tapones de punta. Más o menos airoso, según los temas, el resultado es dispar, pero el intento es ser intérprete del sello que se reclama desde CAMBIEMOS al conjunto de la coalición, que no termina de cerrar el vacío entre la previa al 2015 y estos difíciles tres años, marcados a fuego por la economía.
El tema es no hacer la plancha sino tener presencia, todo no lo puede hacer sólo Lilita peleándose y amigándose con Macri, presentar denuncias, recusar jueces, pedir juicios políticos y marcar la cancha en temas híper complicados, que se le escapan a los políticos en general. Jugando ese papel se ha posicionado como una referente excluyente en el oficialismo. Guste o disguste su estilo, no ha pasado desapercibida.