Con el valor del alquiler a la entidad bancaria, se hace frente al pago del cánon de la concesión, con lo cual se debería investigar la procedencia de la operación.
Debe consignarse que una metodología similar se aplicó con la habilitación del Bingo del Mar, cuando se utilizó como pretexto la recuperación de un espacio cultural, y se terminaron poniendo en funcionamiento 250 máquinas tragamonedas. La excusa fue recuperar un salón donde sólo se abrían 6 mesas de juego artesanal.
En este caso la maniobra fue urdida ante la falta de rentabilidad de los locales del outlet, que estaban en el Paseo Hermitage. La salida que se perpetró (término policial para describir un acto delictivo) fue alquilar a la Lotería de la Provincia, para que instale una cantidad de máquinas tragamonedas, similar al Casino Central, con lo cual se puede mensurar una idea del beneficio económico de las partes.
Para tal maniobra, se violó el pliego de concesión del Paseo Hermitage(que paga un canon de precio vil mientras Pulti aumenta las tasas), la ley provincial de juego de la Lotería de la Provincia y el uso de suelo municipal para su habilitación. En pocas palabras, todo se abrocha con un beneficiario excluyente.
También en el mismo sentido, debe ser analizado el espacio que se ha alquilado sin que medie licitación alguna, el local que ahora ocupa la Casa de Mar del Plata en la Capital Federal.