Una instructora guía a los turistas y sus mascotas para hacerle frente a la vorágine de la inmediatez y encontrar un poco de tranquilidad a orilla del mar. Cómo funciona y dónde se practica.
El carácter de un perro es el fiel reflejo del de su dueño. Al menos así lo define Gabriel Sapienza, dueño de “Yes”, el primer y único parador canino del país, que recibe todos los años a cientos de turistas acompañados de sus mascotas en Mar del Plata.
Bajo esta premisa es que tiene lugar la práctica del “doga”, una versión del yoga aplicada a estos animales que busca generar un ambiente de relajación en medio de la vorágine de la inmediatez que tanto identifica al siglo XXI.
“Nuestros perros absorben todo de nosotros: las buenas, las malas energías, se dan cuenta cuando estamos tristes o pasados de vuelta”, asegura el impulsor, también adiestrador. Y agrega: “Vos ves a un perrito y ves cómo está el dueño”.
Según explicó en Feudale Café, la curiosa actividad –nacida en Estados Unidos en 2001– se desarrolla en plena playa: “El perrito no hace yoga, sino que se conecta con nosotros a partir de la respiración: lo acariciamos y miramos a los ojos mientras respiramos”.
Tras el debut de la propuesta en el balneario, fue repetida en otras dos oportunidades y se consolidó como “un éxito”. A partir de esto, además de los domingos se realiza todos los martes y jueves por la tarde.
“Vamos pidiéndole a la gente que empiece a bajar el tono de voz, a relajarse”, describe el dueño del parador. “Cuando el perrito ve que todos están más tranquilos, va copiando y no ves ningún ladrido en la playa”, asegura.
De esta forma, con el mar y música de relajación de fondo, los veraneantes y sus perros siguen las indicaciones de la instructora, encuentran un espacio de tranquilidad y fortalecen sus vínculos.
“Yes” funciona desde 2015 en la rotonda del Faro, al sur de Mar del Plata. Además de doga, los animales hacen pruebas de destreza, se sumergen en piscinas y hasta practican surf.
Fuente: INFOCIELO