Si no hubiera sido por el penal que le contuvo el arquero a Cristian Girard en tiempo de descuento, Alvarado se habría vuelto inmerecidamente con las manos vacías de General Pico. Porque el equipo de Mauricio Giganti fue superior a Ferro Carril Oeste, lo tuvo contra las cuerdas en el tramo final del partido, pero esa última jugada aislada puso en juego el resultado y la punta de la Zona 1 del Torneo Federal A. Sin embargo, “Panchito” se hizo enorme, mantuvo el 0 a 0 y el “torito ” cerró en esa condición la primera rueda.
Todo lo que prometía el partido en la previa, no se cumplió en la primera etapa. Porque salvo los primeros 5′ de Ferro, en los que Francisco Rago se hizo enorme para tapar con el pie un remate a quemarropa de Parisi, y los últimos 10′ donde Alvarado tomó el control del juego y lo puso bien lejos de Rago, en el resto de la etapa se vio que se tenían muy estudiados, que los dos sabían por dónde iba a buscar el rival y entonces, los que más acción tuvieron fueron los mediocampistas. En la larga, terminaron ganando los defensores, siempre en superioridad numérica sobre los hombres de ataque.
Hubo un jugador por lado que, cuando la tocaban, parecía que podían hacer algo distinto. Jorge Gaitán era el más claro del local, sobre todo cuando podía ganar (muy pocas veces) a espalda de Ezequiel Filipetto, que cumplió con creces en su nueva función como volante central. Y por el “torito”, Gonzalo Lucero fue el más activo, jugando por derecha y enganchando hacia dentro para tratar de juntarse con los otros mediocampistas ofensivos y Joaquín Susvielles.
Las trepadas de Quiroz por derecha, que preocuparon en el comienzo, fueron bien resueltas por el tándem Riera-Castro. Y cuando pudieron poner a Girard de cara a Rago, Federico Paulucci cruzó perfecto para sacar al córner. En ataque, los de Giganti dependieron demasiado del exIndependiente de Neuquén que tuvo la más clara con un buen zurdazo desde el costado del área que Nicolás Caprio sacó sobre su derecha. En el tramo final, aunque no inquietó, más allá de un zurdazo de Castro que se fue lejos, Alvarado se vio más aplomado, tomando el control de las acciones y poniendo el trámite donde más le convenía, en el campo rival.
El complemento continuó con la misma tónica, con la visita un poco mejor y con su situación más clara, con una pelota que interceptó Castro con la cabeza para Caro, siguió para Susvielles y el “9” asistió a Ezequiel Riera que metió el puntazo de zurda que se perdió cerca del palo izquierdo. Después, lo mismo, mucha participación del medio y poco de los atacantes. Como no podía llegar con juego elaborado, Ferro apostó a los centros cruzados, ya sea con pelota en movimiento o a través de pelotas paradas, que siempre encontraron firme a la última línea marplatense. En la única que asustó, fue a los 24′, cuando Jauregui buscó frontal al segundo palo, nadie llegó a conectar, la pelota siguió su camino, picó y se fue cerca del caño derecho de Rago.
Cuando Alvarado intentaba con la pelota al piso, encontraba el camino, cuando apostaba al pelotazo, favorecía a los centrales locales que en esa se sentían más cómodos. Por abajo, generó lo mejor, en una que terminó con un remate de afuera de Caro sin dirección, en otra que Lucero no se animó a definir y prefirió buscar la pared con Susvielles y con una más que Litre se fue quedando sin ángulo tras un buen pase de Caro. Era más el “torito”, que se veía mejor desde lo futbolístico y en lo físico, más entero para ir a buscar el triunfo.
En la primera pelota que tocó Ezequiel Ceballos, con una pelota parada, lo pudo abrir. El centro fue venenoso, la ganó Martínez, la tocó Filipetto y le quedó a Susvielles que infló la red pero en posición adelantada, cuando explotaba el banco visitante. El partido se iba, parecía que Alvarado lo podía ganar, pero una pelota parada lejana, intrascendente, encontró un agarrón de Riera dentro del área, Fernando Marcos que cobró el penal y Francisco Rago que se hizo enorme para atajar sobre su derecha el remate de Girard. Un empate que sirve, para hacer negocio y cerrar la primera fase en lo más alto de la tabla.