La APREVIDE (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte) denunció que la barra brava de Racing está a cargo de custodiar el acto que, este lunes, encabeza Cristina Fernández de Kirchner en el estadio de la Academia.
Si bien algunos le atribuyen la presencia de los barras a Jorge Ferraresi, el actual intendente de Avellaneda, otros señalan a Víctor Blanco, el presidente del club, como el nexo para que los mismos violentos que tienen prohibida la entrada los días de partido por el derecho de admisión, esta tarde dijeran presente.
Juan Manuel Lugones, el titular de la APREVIDE, dio la señal de alarma. Y se mostró más que preocupado por la aparición de los barras. “Nosotros luchamos para terminar con estas mafias, para que no vayan más a las canchas, pero reaparecen de la mano de la mala política”, aseguró.
Sin presencia de la Policía Bonaerense, el acto de Unidad Ciudadana fue ideado sólo con seguridad privada. Ahí apareció en escena la barra de Racing. Y con una particularidad: si bien existe una interna entre los violentos, para esta ocasión parecen haberse puesto de acuerdo y no habría faltado nadie. Y hay un motivo de peso: cada integrante de La Guardia Imperial, los Racing Stones y La 95 (las tres facciones que se disputan el poder de la tribuna) habría recibido cinco mil pesos por brindar seguridad en el acto de CFK.
Y ese dinero estaría afuera de los 500 mil pesos que cobró Racing por el alquiler de su estadio.
Lejos de esconderse, los barras se tomaron muy en serio su nueva labor. De hecho, horas antes de que se abrieran las puertas del Presidente Perón y comenzaran a ingresar al lugar los seguidores de la ex Presidenta, tres de los integrantes de La 95 se sacaron una foto con el escenario de fondo.
Se trata de Michelín, Taty y el Gordo Zucker, a quien en abril de este 2017 habían detenido junto con otros diez violentos portando un revólver, balas, facas, sevillanas, manoplas, drogas, carnets truchos y entradas falsas en el playón de Racing.