Uno de los filmes menos reconocidos de la amplia carrera del británico Alfred Hitchcock es La llamada fatal, que abrirá el próximo jueves a las 19 la programación 2010 del ciclo El otro cine en la Sala Nachman del Teatro Auditórium (Boulevard Marítimo 2280). Menos reconocido porque habitualmente no forma parte de ninguna lista sobre sus mejores obras, el film es otra magistral muestra del talentoso director.
Protagonizado por Ray Milland, Grace Kelly y Robert Cummings, el film se centra en un ex boxeador que tiene un presente como comerciante y que está consumido por los celos. Aunque no imagina lo que le pasa: efectivamente su mujer está enamorada de otro hombre. Allí ya se pueden ver algunos de los tópicos hitchcocknianos: el poder, el deseo y la corrupción del dinero.
Ante este panorama, el hombre decidirá contratar a un ex presidiario para que asesine a su esposa, un antiguo compañero de estudios que a su vez es débil, carece de escrúpulos y es capaz de cualquier cosa por dinero. Los planes se revertirán y la película se irá replegando en una serie de sorpresas, siempre motivadas por la construcción de unos personajes perfectos.
En Hitchcock el cine es una fusión de arte, entretenimiento bien construido y simbolismos: la culpa es uno de los sentimientos que mejor representa a sus personajes. Como decíamos, La llamada fatal no fue uno de sus films más recordados, debido –básicamente- a que su carrera es tan prodigiosa en títulos de nivel, que esta no deja de ser una historia bien contada y fluida.
Basada en una obra dramática escrita para la televisión y emitida por la BBC en 1952 y adaptada al teatro, La llamada fatal además tuvo una remake reciente (bueno, en la década del 90) titulada Crimen pefecto, dirigida por Andrew Davis y con Michael Douglas, Gwyneth Paltrow y Vigo Mortensen en los protagónicos.