¿Por qué a Mar del Plata? El fiscal general de ese distrito es otro legado destacado de María del Carmen Falbo. Se llama Fabián Fernández Garello y el último lunes la Comisión Provincial por la Memoria lo denunció en dos causas por delitos de lesa humanidad. Según los documentos presentados, durante la dictadura el ahora jefe de todos los fiscales marplatenses trabajó primero como oficial ayudante y luego como oficial subinspector en la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (la DIPBA). Era un espía. Sólo entre 1978 y 1982 habría actuado en 17 actos de terrorismo de Estado. Se habría infiltrado en reuniones de las Madres de Plaza de Mayo y la Conferencia Espiscopal y lo vinculan con torturas y detenciones ilegales de militantes comunistas” señala en uno de sus párrafos Rolando Barbano, de la nota que tituló “Los generales de la justicia: narcos, espías y torturadores” que público en su edición del 13 de noviembre el matutino Clarín.
La comandante en jefe anunció su retiro. Pero sus generales quedan ahí, firmes. Con el poder intacto.
Abogada de Aníbal Fernández, secretaria de Justicia provincial de Eduardo Duhalde y luego diputada, en 2004 Felipe Solá ubicó a María del Carmen Falbo como jefa de todos los fiscales penales de Buenos Aires. Ahora, presionada por el actual Gobierno y escaldada por las denuncias, anunció que se jubilará en diciembre.
Denuncian al fiscal general Fabián Fernández Garello, por crímenes de lesa humanidad
Su legado, sin embargo, quedará en la mayoría de las Fiscalías Generales de la Provincia.
A los vecinos de San Isidro les legará a Julio Novo, quien hoy está suspendido por causas de fuerza mayor aunque sigue en su puesto de fiscal general. El 25 de octubre pasado, la Justicia lo procesó por encubrir a narcotraficantes: la sospecha es que obstaculizó la investigación del doble crimen de los colombianos en Unicenter (2008) para evitar que la causa llegara hasta los hermanos Juliá, los pilotos presos en España por traficar una tonelada de cocaína.
Antes de este escándalo, en 2009 un grupo de 13 fiscales de San Isidro había presentado una denuncia penal inédita contra Novo por someterlos a maltratos y arbitrariedades. En la causa que se abrió se presentaron testigos que declararon que Falbo lo estaba protegiendo. Y que una de las maniobras que habría hecho para hacerlo era enviar este expediente a Mar del Plata y cerrarlo.
¿Por qué a Mar del Plata? El fiscal general de ese distrito es otro legado destacado de Falbo. Se llama Fabián Fernández Garello y el último lunes la Comisión Provincial por la Memoria lo denunció en dos causas por delitos de lesa humanidad. Según los documentos presentados, durante la dictadura el ahora jefe de todos los fiscales marplatenses trabajó primero como oficial ayudante y luego como oficial subinspector en la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (la DIPBA). Era un espía. Sólo entre 1978 y 1982 habría actuado en 17 actos de terrorismo de Estado. Se habría infiltrado en reuniones de las Madres de Plaza de Mayo y la Conferencia Espiscopal y lo vinculan con torturas y detenciones ilegales de militantes comunistas.
“La permanencia de Fernández Garello en su cargo genera sospechas sobre la justicia”
No es el único fiscal general que deja Falbo al que las brumas del pasado le enrarecen el presente. El de Morón, Federico Nieva Woodgate, tiene abierto un jury por su propio rol durante la dictadura, cuando era juez de Lomas de Zamora. Además de rechazar 140 habeas corpus de familiares de desaparecidos, en 1977 autorizó al Ejército a trasladar a un preso político, Angel Georgiadis, para un “interrogatorio” en un regimiento. Varias sesiones de tortura después, el detenido apareció suicidado. Y él no habría hecho nada ante esto.
El denunciante en esa causa fue el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien recientemente también confrontó a otro de los legados de Falbo, el fiscal general de San Martín, Marcelo Lapargo. El titular del Servicio de Paz y Justicia quería verlo para transmitirle su preocupación por una gran cantidad de casos de malas praxis médicas en Malvinas Argentinas, que se estaban investigando con una lentitud muy favorable al intendente Jesús Cariglino. El jefe de los fiscales, ex subsecretario de Política Penitenciaria de Solá, se negó a recibirlo.
Meses después, en junio, Lapargo les pidió a todos los fiscales de su distrito judicial que se abstuvieran de firmar el Protocolo contra la Violencia de Género impulsado por María Eugenia Vidal. De hecho, en ese departamento no hay fiscalías especializada en el tema, como hay en otros.
Dolores tampoco la tiene, pero sí posee a otro fiscal general muy particular. Es Diego Escoda, a quien el intendente radical Camilo Etchevarren viene denunciando desde el año pasado: “Trabaja cuatro o cinco horas, los días que viene… su inacción apaña el avance de las drogas”. Le pidió a Falbo que lo sacara, pero nada pasó.
Hasta ahora, todos los generales se han mostrado como un cuerpo unido. En julio, 17 de ellos –son 19, pero dos estaban de licencia– firmaron un comunicado de apoyo a Falbo en el que denunciaban un ataque de “desprestigio y difamación” por parte del Ejecutivo provincial contra su figura.
Ahora ella se va. Ellos se quedan.
Pobre Republica la asesinaron…ni Macri la va a salvar!!
Cómo se notó, con razón!! Supongo q ahora sí harán Juicio a ambos, y no dejarlos q renuncien…. Vergüenza Nacional y AntiPopular!!!