Durante septiembre las actualizaciones semanales de #LaPalabraPrecisa tendrán en Sebastián Chilano su hilo conductor, quien presentará cada viernes los cuentos “China tiene la culpa”, “Cinco cuentos de ángeles caídos”, “Plagio”, “Que nos devuelvan el verano” y “Sierra sin Fin”
#LaPalabraPrecisa pretende ser una plataforma de difusión de valores literarios. En aras del pluralismo publicamos géneros y autores diversos, ahora enfocados en autores marplatenses. El mes pasado las actualizaciones semanales correspondieron a Agustín Marangoni. Los próximos meses, será el momento de Marcelo Marán y Alicia Martín.
Sebastián Chilano nació en 1976 y vive en Mar del Plata. Es autor de las novelas “Riña de Gallos”, “Las reglas de Burroughs” ganadora del premio Laura Palmer no ha muerto. “Tan lejos que es mentira” y “Méndez”.
Participó en varias antologías de cuentos: Poca cosa de Letra Sudaca, Osario Común de Muerde Muertos y en 2016 en Mal bicho de Pelos de Punta. Escribe en su blog Falansterio. Su última novela se llama “En tres noches la eternidad” fue editada en 2015 por Editorial Vestales. Ganó el premio Alfonsina a la trayectoría literaria y participa del grupo literario “La Bruma”. Desde hace 2 años tiene una columna literaria semanal en el programa de radio “Pongan otra canción” los viernes a las 20 hs en FM 95.3 de Mar del Plata.
“Hay algo que nunca le voy a perdonar a Sebastián Chilano”, confiesa el escritor Ezequiel Dellutri.: que ambiente todas sus historias en Mar del Plata y zonas aledañas. Pienso que a esta altura del partido y habiendo vivido casi toda su vida en la ciudad, debería saber que para el resto de los argentinos, la costa atlántica es la tierra promisoria con la que se sueña cada mañana al asumir otro día de presunta normalidad laboral.
Si existe algo como el ser marplatense –lo que me permito dudar, dice el autor-, debería saber que nosotros, los verdaderos argentinos, llamamos a nuestra ciudad vacacional, con afecto sincero, “la Feliz”. Por eso, lo de Chilano es reprobable: poblar Mar de Plata de neuróticos, tullidos y violentos debería ser, con claridad, el octavo pecado capital”.