Es la hora 22.40 del viernes y como el que escribe para entender la sociedad ve lo que le gusta y lo que no, en este momento estaba mirando a Marcelo Tinelli y con estupor me levanté de la cama y expresé a través de la computadora lo que siento como hombre y también como sociólogo. Hace pocas horas Tinelli acompañando a Ramón Díaz fue a entrevistarse con el Presidente de la República en medio del festejo del logro del campeonato de San Lorenzo, donde Ramoncito que no hace mucho manifestó su adhesión a Mauricio Macri, ahora como buena mercancía humana le da el apoyo a Filmus, donde Tinelli implícitamente actúa como cómplice, olvidando el cruce que tuvo con el gobierno no hace mucho tiempo.
¿El cruce existió? ¿Los intereses se resolvieron? ¿O fue parte de una ficción? Hoy viernes durante toda la tarde los medios de comunicación hablaban de la grave lesión que sufría el señor (con minúscula) Matías Alé en su rodilla que lo excluía de la participación del “Bailando por un sueño”. Qué sorpresa, recién me pongo a ver el programa y veo los ensayos del hip-hop del señor Alé en un marco risueño y normal, pero llegó el momento de la acción y el señor (siempre con minúscula) bailó el Hip-Hop en vivo, fingiendo con su compañera al final una actitud melodramática con lágrimas y otros aditamentos. Todos lloran por el esfuerzo y la hombría de este muchacho por su esfuerzo. En el jurado su mujer Graciela Alfano, argumentando perfiles de heroísmo de su compañero por un lado, y los coach (como se le llama ahora al coreógrafo, por la adaptación al melodrama), le adjudica un diez, el señor Jorge Lafauci también llorando, le pone un siete, Moria Casan en complicidad corporativa creo que le pone un nueve y Gerardo Sofovich, al cual no le podemos negar su inteligencia práctica, pone reparos y le adjudica un siete. Yo me pregunto, ¿esto no es el reflejo de mi Argentina?
No se engañó durante toda la tarde a los televidentes por la dolencia grave de Matías Alé argumentando que la misma lo dejaba fuera de concurso ¿No se produjo una fotografía del nepotismo político argentino que pasó por el apellido Menem, después Duhalde y ahora Kirchner en el caso de Graciela Alfano?
¿La patología irreparable de Matías Alé no fue una mentira? Pareciera que la ficción se está convirtiendo en rectora de la realidad. Tinelli fue capaz de empujar a De la Rua para que se cayera abusando de los errores y de las torpezas que tuvo nuestro ex Presidente, pero es más, por otro lado el señor Tinelli hace pocas horas acompañó a Ramoncito a que apoyara a la Presidenta, a la cual teóricamente el conductor televisivo no hace mucho tiempo no adhería.
Me pregunto, ¿no será que la sociedad está queriendo que Tinelli sea Presidente? ¿No será lo que necesitamos o nos merecemos? ¿O será que la realidad y nuestra sociedad es sinónimo de Tinelli?
Y bueno, si la realidad es esa habrá que bancarla en defensa de la democracia. Pero perdónenme que les diga, esto me da mucha tristeza y me cuesta mucho bancarlo, máxime cuando uno viene de una generación que tuvo que romperse el cuerpo para lograr algo. Antes que me olvide y motivado por este y otros acontecimientos, debo decirles que instrumentaré todos mis pocos conocimientos informáticos para que a partir de hoy mi blog en vez de llamarse El Panóptico, en homenaje a Enrique Santos Discépolo, pase a llamarse Cambalache en virtud de su vigencia predictiva, siempre y cuando el nombre ya no este registrado.
Fuente: El Panóptico