Bajó un segundo el camionero para preguntar: “¿Dónde lo estaciono?”, y a su espalda, sin freno de mano colocado y por un leve declive del suelo en la zona portuaria, su camión con acoplado térmico enfiló hacia el mar, a una zona abierta en medio de dos buques de pesca.
El utilitario no cayó por poco, el contrapeso del acoplado lo detuvo, pero la cabina completa quedó en el aire, colgada del muelle.
Un par de horas después, prefectos, bomberos y trabajadores del consorcio portuario de Mar del Plata, con una grúa de las que habitualmente se utilizan para descargar las embarcaciones, consiguieron regresar el camión a tierra firme.
Le pasaron un cable de acero por la panza del acoplado, lo alzaron al tiempo que lo llevaron hacia atrás. Comprobaron luego que los daños fueron menores, apenas una pinchadura en el tanque de combustible.
Clarín