Es bien sabido que desde APROPOBA nunca se ha alentado ni apoyado movimiento de fuerza alguna que signifique falta de atención al servicio de seguridad que debe brindar la institución policial en el cumplimiento de sus funciones específicas como medio ejercido por el personal en actividad en reclamo por la causa que fuere.
Es más en ocasiones anteriores nuestra directiva ha intervenido para conseguir el acercamiento entre los camaradas que de esa forma reclamaban y las autoridades de la provincia, por considerar que además de constituir grave falta disciplinarias en ocasiones cercanas al delito, estas situaciones contribuían a ampliar la desconfianza de la ciudadanía ante la Institución Policial, creando confusión, zozobra e inquietudes por parte de los ciudadanos que pagan consecuencias de circunstancias que de ninguna manera resultan responsables, todo lo cual no significa que en la totalidad de los casos los reclamos han sido por demás justos y productos del hartazgo de esperar, esperar, recibir falsas promesas y no ser escuchados sino por el contrario amenazados y por cierto merecedores de todo el apoyo necesario de nuestra parte, como también siempre se ha hecho.
Pero la triste realidad sigue siendo la misma en lo que hace a la situación del trabajador policial, privado de derechos esenciales previstos y amparados por la Constitución Nacional, y ordenado por la Ley “que reglamenta su ejercicio” como el considerado dentro de los derechos humanos, nada más que el de sindicalizarse como cualquier trabajador, peticionar a las autoridades y defender sus derechos laborales, teniendo en cuenta que precisamente su misión es la de defender los derechos de los demás en cuanto a seguridad pública, poniéndolo en la situación expresamente señalada por el Concejo Europeo de Sindicatos Policiales cuando señala: “nadie puede defender los derechos de los demás si no es capaz de defender los propios”.
Han pasado más de treinta años, una generación, desde el advenimiento del sistema de gobierno democrático en nuestro país, cosa por la cual dicho sea de paso, el trabajador policial contribuyó con muchas muertos y muchos más heridos para que nuestra sociedad disfrutara de sus beneficios que curiosamente tardan demasiado en llegarle al mismo policía, siendo notable que los males que sufre este sector se mantienen como si nada hubiera pasado e incluso por llamativo y contradictorio que parezca se han acentuado, como cuando el Poder Legislativo de la Provincia, por supuesto a instancias del Ejecutivo votó en su contra leyes por demás anticonstitucionales, que permitieron que se mandara a la calle, sin sumario, investigación ni justicia alguna a más de SIETE MIL camaradas, muchos de los cuales nunca se enteraron del motivo, además de cortar la carrera ilegalmente a otros cientos que pagaron junto a los anteriores los errores políticos cometidos en el ámbito de la seguridad pública.
La situación general del trabajador policial no ha mejorado, los horarios extenuantes, la carencia de recursos para cumplir su misión, la falta de comodidades en los lugares de trabajo, el desamparo legal, los sueldos escasos, los pagos en negro, la demora en los ascensos en contra de la Ley y muchos abusos en su contra siguen vivitos y coleando sin que parezca que a alguien le preocupe, y de allí a que periódicamente el hartazgo haga que nuestros camaradas en actividad den a conocer su descontento y comiencen un reclamo, cuando ya queda a la vista que nuevamente han sido olvidados, y todo sigue como siempre.
Por eso mismo nadie debería asombrarse de que suceda lo que sucede, el quiebre del ordenamiento jerárquico ante una conducción superior ajena a las necesidades de sus subalternos o al menos sin capacidad de llevar a los niveles políticos la realidad de lo que sucede en defensa y representación de sus subalternos como le es obligatorio.
Ahora bien, en los últimos días y ante el anuncio de que se iniciarían medidas de fuerza se han intentado variadas explicaciones, sobre todo en el nivel periodístico que es el que más llegada tiene a la ciudadanía y que por supuesto lejos se encuentra de la búsqueda de la verdad verdadera.
Desde nuestro punto de vista cercano a la institución, acérrimos defensores de la misma y de sus integrantes que cumplen acabadamente con sus obligaciones laborales podemos, en contribución citar algunos puntos dignos de clarificar para que quién no se encuentre direccionado en sus pensamientos pueda advertirlos y en definitiva tener otra opinión sobre lo ocurrido y de cómo se pretende manejar interesadamente el tema.
Corrupción
Decir que los reclamos policiales por mejores haberes son consecuencia de los anuncios en combate a la corrupción dentro de la institución, si no es una mentira de distracción es para peor un desconocimiento de la realidad policial o de cualquier administración. Los reclamos salariales SIEMPRE nacen en los niveles jerárquicos bajos, compuesto por aquellos que la cinchan por muchas horas, en malas condiciones, en lo policial arriesgando la vida, cumpliendo servicios pagados “en negro”, sin poder ver a su familia para poder completar un ingreso medianamente decoroso y NUNCA de los niveles altos, ni de los corruptos que de lo que menos se preocupan es de los sueldos, en esta actividad o en cualquier otra de la administración pública, ya que el puesto es lo que les permite las ganancias extras. Además como siempre lo hemos señalado, para todos los casos la CORRUPCIÓN EN CUALQUIERA DE LOS ESTAMENTOS DE LA ADMINISTRACIÓN PUBLICA, SIEMPRE ES POLÍTICA, porque es la política la que necesariamente la tolera o alienta para obtener recursos necesarios para mantener su estructura de poder. La realidad es que en general la representación política de nuestro país antes de acusar a nadie de corrupción debería mirarse al espejo, o solamente ver las noticias que sobre el tema y en su ámbito nos llegan a diario.
Purgas
El interés de algunos medios en preguntar a funcionarios y difundir en consecuencia la realización de “purgas” en las filas policiales, como el error del funcionario en aceptar la posibilidad de su realización debería alertar que no puede satisfacer a ningún funcionario policial que cumple con su trabajo y al que deberían amparar las leyes en su estabilidad en el puesto, demasiado cercanas están las famosas purgas “Duhaldistas- Arslanianas-Sciolistas” y sus respetivas cámaras legislativas cuyos integrantes votando esas barbaridades se convirtieron automáticamente en “infames traidores a la Patria” además de que a esta altura de los cambios políticos alguien debería recordar el origen “Stalinista” del término con sus históricas consecuencias de millones de víctimas. O el reloj atrasa o hay quienes se expresan desubicados en tiempo y espacio.
Mentiras
Aunque resulta quizás demasiado fuerte la denominación, lo cierto es que recibir el anuncio de un incremento de un porcentaje de aumento muy por debajo de la mitad de lo obtenido por gremios también estatales y posteriormente constatar en el recibo que NI UN SOLO PESO DE MAS SE ENCONTRABA ACREDITADO, sin explicación alguna, mientras la inflación se dispara, acordemos que por más enemigo de la policía que se fuera no puede dejarse de coincidir al menos en uno de los motivos del malestar.
Amenazas
La historia nos documenta ampliamente que las amenazas nunca han sido un instrumento de disuasión de las protestas policiales, por el contrario incrementa los ánimos rebeldes. El policía arriesga todos los días su vida, por lo que arriesgar su trabajo por una causa justa no le causa mayor recelo, sabe que su protesta es justa, que no tiene otra posibilidad de reclamo ya que se le niegan sus derechos, aunque algún fiscal señale que tiene otras vías para hacerlo por supuesto sin mencionar cuales. En los setenta los policías de la provincia de Buenos Aires, no solo hicimos el mismo reclamo por los mismos medios sino que enfrentamos a los tanques de Magdalena de la dictadura militar en la toma de la entonces jefatura de la institución con la inútil secuela de muertos y heridos por ambos bandos, y al final el aumento hubo que darlo, por lo que la amenaza de un sumario no asustara a quienes saben de lo incierto de su carrera, que los ascensos son caprichosos y que sus esfuerzos nunca serán reconocidos y que mientras otros gremios que utilizan la extorsión lisa y llana como medio negociador obtienen buenas mejoras, al policía se lo ignora como si se tratara de un ciudadano de segunda o tercera.
Diálogo
Desde APROPOBA lo hemos dicho hasta el cansancio, ES NECESARIO LA APERTURA DE UNA MESA DE DIALOGO ENTRE TRABAJADORES POLICIALES Y EL GOBIERNO, al menos hasta que el Gobierno Nacional acate las disposiciones constitucionales y legales para la inscripción de un sindicato que represente a los trabajadores policiales. Siempre los policías estaremos en disposición de participar respetuosa y disciplinariamente. No siempre los reclamos son de índole económico y aunque se señale que nadie menciona la mejora en la compra de equipamiento, es sabido por los policías que históricamente esto ha servido solamente para la realización de excelentes negociados y aunque este no fuera el caso, no puede esperarse que eso solamente satisfaga las necesidades del personal para mantener una familia y llevar una vida digna de vivirse.
La mayoría de la familia policial especialmente en la provincia de Buenos Aires, cansada de las arbitrariedades, los abusos, la corrupción, los pagos “en negro”, el exceso de horas de trabajo y demás cuestiones señaladas hasta el cansancio voto un cambio en la conducción política y en ese cambio al partido que hoy gobierno la Nación y Nuestra Provincia, hoy con anuncios sin confirmación y sin escalas reales de lo que se cobraría, la protesta se ha levantado, pero las causales siguen vigentes, el fuego se ha apagado pero las brasas se mantienen.
Ojala que se advierta tempranamente por parte del gobierno provincial de la vigencia de aquel viejo refrán que señala “Después del niño ahogado María tapó el pozo”, para que no se repita en el futuro la necesidad de tener que salir “de apuro” a solucionar un problema que todos conocíamos que reventaría en cualquier momento por todo lo señalado, se está en la oportunidad de abrir el diálogo, no todo significa dinero, muchas cosas pueden solucionarse si se toman a tiempo las medidas necesarias con gente que conozca del manejo sobre todo en el ámbito de personal, los reclamos de camaradas con carpeta medica por heridas en cumplimiento del servicio pasados a disponibilidad son una ofensa y una injusticia para ellos.
Los policías necesitamos confiar en un gobierno que contribuimos a elegir con el voto en nuestra condición de ciudadanos, también tenemos el derecho de reclamar y de ser escuchados, siempre hemos tenido paciencia y vocación de diálogo, como también, y nadie lo puede negar y por sobre todas las cosas VOCACIÓN DE SERVICIO, como lo demuestra el hecho de que día a día nuestros camaradas enfrentan, en pobres condiciones a la delincuencia protegida por una legislación que hasta altura nadie niega que debe ser revisada.
Esperamos que lo de “por ahora” deje de ser una posibilidad cercana, la necesidad de asesores de valía y conocimiento sobre la cuestión policial es evidente, insistir en las soluciones que ya han fracasado muchas veces no es esperable si se piensa en cambiar de verdad lo que repitiendo lo señalado muchas veces desde nuestra página, como lo dice Martín Fierro, “no es para mal de ninguno sino para bien de todos”.
Miguel Ángel Reynoso
Secretario General- APROPOBA