Otra vez queda el sabor amargo en Alvarado de dejar puntos ante equipos que no hacen mucho más, que vienen al José María Minella a esperar y se terminan llevando el premio mayor, en base a contundencia y efectividad. El 1-2 ante Ferro de Pico, no fue la excepción. El gasto lo hizo el conjunto de Duilio Botella y los pampeanos aprovecharon sus ocasiones, jugaron con la obligación de ganar de local y le asestaron un duro golpe en el minuto final, luego de haber trabajado mucho para alcanzar al menos un empate.
La ilusión se vio de entrada, con una muy buena concurrencia un domingo de pascuas y un equipo que salió desde el primer momento a tomar la iniciativa y buscar el arco rival. Antes del minuto, Almerares quiso sacar una mediavuelta en el área visitante pero Hernández se interpuso en su camino y evitó que el disparo llegara a destino. Pero de a poco, el encuentro fue tomando la forma que Ferro pretendía, cortado, haciendo tiempo cada vez que podía y jugando con la necesidad del local de ganar el encuentro.
Agazapados, con cuatro defensores que prácticamente no pasaron al ataque y volantes que primero marcaban y, salteados, se sumaban a las ofensivas, el verdolaga complicó a espaldas de ponce con Gaspar Gentile, que en la primera que tuvo llegó al fondo y sacó un remate al primer palo que sacó bien Barucco. Más allá de las imprecisiones, muchas veces producto del apuro, el “torito” tomaba la iniciativa e intentaba ser paciente hasta encontrar el hombre indicado. Nahuel Santos lo encontró a los 17′, pero Almerares llegó exigido ante el achique de Rago y la punteó al cuerpo del arquero. El rebote le quedó a Compagnucci, Hermida la bajó de cabeza pero la jugada se disipó.
Alvarado no podía jugar como pretendía, pero seguía siendo el que más intentaba, mientras Ferro solamente complicaba con Gentile o apariciones esporádicas de Morete y Rinaldi. Como no se podía entrar con jugadas elaboradas, Mazzina quiso sorprender desde afuera y su remate se fue apenas alto. El marplatense Juan Francisco Rago se comenzaba a erigir en figura manejando los tiempos, enfriando el partido y mostrando solvencia en cada pelotazo aéreo. Y se llevó todos los flashes cuando sacó de manera increíble un derechazo de Federico Almerares que tenía destino de red.
A Botella no le debe haber gustado mucho la primera mitad, porque ya antes del final mandó a calentar a Ceballos y Blanco, y “Trapito” salió entre los once al complemento. En el vestuario se quedó Martínez Schmith y Luengo pasó a ocupar el lateral derecho. En la primera que tocó Ceballos, su centro fue a la cabeza de Almerares que superó la estirada de Rago, pero el asistente Mihura ahogó el grito con el banderín en alto. El “torito” fue una tromba, pero otra vez dejó espacios en el fondo que Ferro buscó usufructuar. Nicolás Rinaldi se metió al área por izquierda, sacó un zurdazo que Barucco desvió con todo el cuerpo y el rebote le volvió a quedar al exRivadavia de Lincoln que chocó con “la de Dios” del arquero que sacó con la cara al córner.
El partido no tenía un dueño definido y podía ser para cualquiera. Gentile volvió a ganar por la derecha, Camerlinckx metió el frentazo en el punto penal y Barucco manoteó por encima del travesaño. En ese momento, Joaquín Susvielles se inventó un golazo. El “9” salió a pivotear y se animó, se acomodó afuera del área y metió un derechazo letal, a media altura, inatajable para el arquero que se estiró pero nada pudo hacer. Herido en su orgullo, el “torito” salió bravío en busca de la igualdad y el goleador pampeano casi lo liquida de la misma manera, esta vez, por suerte, sin puntería.
Botella apuntó a darle más peso al ataque y mandó a Alexis Blanco por Santos, por lo que los envíos aéreos se volvieron una tentación. Pero al no poder ganar, la mejor vía fue el remate desde afuera, donde se destacó Ceballos con dos disparos que se fueron apenas encima del travesaño. Los minutos corrían y la desesperación se apoderaba de Alvarado que siguió acumulando gente cerca del arco rival. Pennisi reemplazó a Hermida y la búsqueda del cabezazo salvador se hizo incesante. A ellos se sumó Ramiro Jorge, que dejó la “cueva” para ir en busca al menos del empate.
Y el desahogo llegó a los 44′, cuando tras un centro de la derecha ganó Blanco, cabeceó casi cayéndose y Martinich se la llevó por delante contra su propio arco para darle un resultado más acorde al desarrollo del encuentro. La gente y los jugadores lo festejaron, pero sabían que no alcanzaba, agarraron la pelota y se fueron para el medio para ver si podían ganarlo en los 4′ que adicionó Arasa. Lo que nadie hubiera imaginado, es que en esas ganas y esa ambición, Ferro iba a encontrar el premio apenas repusieron, la abrieron a la derecha, tiraron el centro, una serie de rebotes en el área y Susvielles se quedó con la pelota en la boca del área para empujar y decretar el 2 a 1 pampeano.
Con el corazón, se fue por una nueva igualdad pero no hubo tiempo para más. Increíble el partido que se le escapó a Alvarado y que lo complica en sus aspiraciones para clasificar a los playoffs. La próxima semana, el conjunto de Duilio Botella visitará a Defensores de Belgrano de Villa Ramallo.
Rubén Sánchez