La Justicia investiga un aberrante episodio de pedofilia que tuvo como víctimas a cuatro hermanos de entre 2 y 13 años, agredidos sexualmente por su madre y padrastro, en la localidad de Villa Gesell. No es todo, porque el expediente judicial incluye la participación de un jefe policial de la zona, que enterado del drama tapó la denuncia y comenzó a pagar para abusar de los niños.
En un informe revelado ayer por el canal de noticias C5N, con cuatro menores que actualmente tienen entre 5 y 16 años, se indicó que la fiscalía de Villa Gesell tiene como sospechosos a la madre y al padrastro de los chicos, pero también a un policía que pagaba para abusar de ellas, y que hasta prostituía a las menores con otras personas.
“Las niñas presentan un gravísimo nivel de lesiones a causa de los prolongados abusos, e inclusive una de ellas no podrá ser madre a raíz de las lesiones”, se indicó en la denuncia.
Los niños vivirían en la zona de “Las Praderas” o a pocas cuadras hacia el Boulevard.
Se sospecha que los abusos comenzaron en 2009, y durante ese periodo dos veces los chicos se escaparon y pidieron ayuda a una vecina, que fue finalmente la que denunció el hecho y los llevó a la Policía, pero el propio oficial involucrado se habría ocupado de que no prospere la causa. Finalmente, en marzo del 2015, esta misma vecina se dirigió al Servicio Local, y desde allí se logró impulsar una denuncia que terminó con la detención de la madre de los chicos, mientras que el padrastro (que sería padre de una quinta criatura), identificado como Ramón González Báez, está prófugo desde entonces, y tiene pedido de captura internacional.
El caso salió a la luz ahora por la detención del Policía, que se desempeñaba como jefe de calle de la seccional policial de Cariló. También estarían involucrados otros cuatro policías, y varios vecinos de la ciudad y la zona, ya que los menores reconocieron al menos cuatro casas como lugares donde fueron abusados. La vecina que motorizó la denuncia tiene la guarda provisoria de los niños, y afirma que recibió amenazas de muerte.
“Los chicos refirieron que los ataban a camas para abusarlos. Cuentan que su madre y el padrastro siempre estaban cuando los abusaban, y eran los que recibían dinero. Además del jefe de calle de Cariló, se está investigando la responsabilidad de otros cuatro efectivos”, se indicó en la denuncia.
La situación del proceso judicial con los efectivos no es exclusivamente por ignorar las denuncias de la vecina sobre los aberrantes hechos, sino porque habrían participado activamente en la explotación sexual de las víctimas. “Estamos profundamente conmovidos, porque los involucrados son civiles y uniformados”, dijo un vecino de la localidad.