En otro escandaloso y violento superclásico, River derrotó por la mínima a Boca en Mar del Plata, con gol de penal de Leonardo Pisculichi. Los “Xeneizes” terminaron con ocho jugadores por las expulsiones de Silva, Peruzzi y Díaz, mientras que en el “Millonario” debió abandonar el campo Maidana. De esta manera el elenco que orienta Marcelo Gallardo sumó su primer triunfo del año.
El gol del ganador lo anotó el volante Leonardo Pisculichi, de penal a los 18 minutos de la primera etapa, quien ya en el banco también se fue expulsado (39m. ST).
La primera parte mostró la peor cara de Boca, sin fútbol, con mucha vehemencia de sus jugadores en su afán de imponer personalidad y un esquema de juego, al menos cuestionable, y definitivamente ineficaz; y una buena de River, con orden, criterio y efectividad, a cuestas de un rival que dio muchísimas ventajas en casi todas sus líneas.
El 4-3-1-2 que dispuso Arruabarrena se resquebrajó con la pronta e infantil expulsión del debutante Silva a los 10 minutos, por una patada innecesaria sobre Gabriel Mercado (se fue lesionado por un golpe en el tobillo derecho), y el penal que “regaló” Tévez, a los 18 (mano dentro del área), que Pisculichi, el futbolista más claro del partido, cambió por gol.
Por el lado “Xeneize” solo una sola jugada de gol complicó al bueno de Barovero, cuando a los 30 minutos, de manera infantil Balanta perdió la marca de Tévez que demoró en la definición y Maidana salvó a su equipo.
Acto seguido, fue Orión el que evitó el segundo de River conteniéndole un remate a Pisculichi.
Las patadas, eran lo más importante del cotejo, tanto de un equipo como el otro, y un par de errores del árbitro Patricio Loustau, que debió expulsar a Daniel Osvaldo y a Andrés Cubas, por doble amonestación, y también sancionar un penal de Peruzzi sobre Lucas Alario.
La locura generalizada por la que atravesaba el último campeón doméstico, le dejó servido el clásico a su rival, que con un 4-2-3-1 y sin hacer demasiado (o casi nada), se fue al vestuario en ganancia y sufriendo solo dos embates “Xeneizes”.
En el complemento no variaron mucho. Boca fue un equipo pobre en todos los aspectos del juego y River mantuvo el orden y a partir de eso justificó el triunfo lateralizando el juego.
Pero además el conjunto de Arruabarrena se repitió en las faltas violentas y se quedó con ocho jugadores por las expulsiones de Peruzzi y Díaz, a los 20 y 34 minutos, respectivamente.
Los de Gallardo no se quedaron atrás y sobre el final, sufrió la roja el experimentado Maidana y minutos después hizo lo propio Pisculichi (ya en el banco).
River se quedó con el primer superclásico del año, muy violento y con poquísimo fútbol como suceden ofrecer los dos más grande del fútbol local.
ESTAFA A LA GENTE Y PATROCINADORES. LES CABE A TODO FUTBOLISTA CON MALA INTENCIÒN, NO SOLO LA SUSPENSIÒN DISCIPLINARIA, TAMBIEN EL PROPORCIONAL DE SUS HABERES. CON ESTAS ACTITUDES FOMENTAN EL NO IR A LA CANCHA Y CONTRIBUYEN CON LAS BARRAS BRAVAS (DELINCUENTES). ADEMÀS AUMENTA PERMANENTEMENTE EL “MARADONISMO” TIRARSE POR CUALQUIER MOTIVO HACIENDO EXAGERADOS TUMBOS Y DOLORES PARA CASTIGAR AL RIVAL EN VEZ DE SUPERARLO POR MEJOR JUEGO Y HABILIDAD. EL FÙTBOL, IMÁGEN Y SEMEJANZA DE ARGENTRUCHA.