Nuevamente uno de los íconos de la corrupción argentina, Ricardo Jaime, ha sido procesado por la Justicia Federal imputándolo del delito de recibir dádivas. Para los legos que nos leen, eso es recibir, siendo un funcionario público, regalos de terceros potencialmente beneficiarios de algún contrato o pago, de alguien que es un proveedor o le presta servicios al Estado. En otras palabras, es recibir regalos privados a cambio de hacerle favores públicos. Ese es el accionar por el cual se lo ha procesado a Jaime, quien junto a Boudou, simbolizan la corrupción de la década ganada.
Sin embargo, lo más grave de la noticia es que quien ayer fue el otorgante de regalos, es hoy el beneficiado por un contrato con el Estado Nacional, para hacerse cargo del mantenimiento del nuevo y oneroso Centro Cultural Néstor Kirchner. Es el mismo que se cuenta entre los imputados por la masacre ferroviaria del Once y se llama Cariglino. Es el a quien en esta ocasión se lo ha beneficiado con un contrato cuyo monto supera los 400 millones de pesos por año y sin que sus antecedentes significaran algo o fuesen tenidos en cuenta. En otras palabras, se lo premió por ser coimero.
Nosotros hemos dicho que no hay democracia con impunidad y que para que esa impunidad no se consagre, es necesaria una efectiva investigación de los hechos de corrupción del presente y del pasado. Premiar al corrupto es hacer que la corrupción se reitere y que aquellos que no lo practican se encuentren en inferioridad de condiciones, con relación a los corruptos.
Así como propusimos una ley que declare la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción, también creemos necesario generar los instrumentos institucionales que nos permitan investigar y sancionar los múltiples actos de corrupción realizados en los últimos 20 años de vida argentina, una especie de Consejo Nacional contra la Impunidad (CONAIM) que a semejanza simbólica de la CONADEP, nos garantice una revisión integral de las denuncias de los hechos de corrupción en la función pública, realizados en los últimos años . Terminar con los fallos espurios y la consagración de la cosa juzgada irrita en caso de decisiones fraudulentas, como promover la apertura de las causas archivadas mal intencionadamente con la congruente responsabilidad de los jueces y fiscales que intervinieron, es parte de la tarea para hacer. También hay que crear un sistema de promoción y protección de denunciantes y testigos de buena fe que le dé garantías de que sus denuncias o testimonios no le significarán represalias.
Asimismo, es necesario crear un plan federal anticorrupción que dependiendo directamente de la Presidencia de la Nación, consagre un Consejo Federal de Transferencia y Combate a la Corrupción. Quedan propuestas importantes para esta lucha sin cuartel, como pueden ser, darle un uso nuevo a la Oficina Anticorrupción seleccionando un director por Concurso y con mandato fijo, permanente e irrevocable, crear un Régimen Nacional de Sociedades que articule con el Registro de la Propiedad a los efectos de contar con una base de datos única de información para evitar maniobras que encubran hechos de corrupción o la creación de un fideicomiso ciego para administrar los patrimonios de los funcionarios públicos mientras duren en sus funciones.
En suma, estos son algunas de las medidas que los argentinos con Stolbizer Presidente vamos a dar a partir de 2016 a lo largo y ancho de todo el país. Una batalla cuya importancia trascendental se verá consagrada en las próximas décadas: acabar con la corrupción .Eso permitirá, entre otras cosas, redistribuir los ingresos entre los sectores más vulnerables y permitir que la función pública vuelva a ser un servicio que le brinden los gobernantes a los gobernados y deje de ser un servicio que se prestan a sí mismos los gobernantes perjudicando a los gobernados y a la Nación misma.
Lo que debería ser una práctica común y una conducta humana que se llama DECENCIA es hoy una excepcionalidad entre aquellos que administran en la llamada “década ganada”. Nombres como Palacios, Lisandro de La Torre, Arturo Illia y Don Oscar Alende son ejemplos y guías de que otra Argentina fue posible. Es nuestra obligación hacerlo realidad en un futuro inmediato y la figura de estos hombres será seguramente nuestra guía. .El “roba pero hace” es inmoral y los argentinos de bien no lo merecen.
Dr. Eduardo Andriotti Romanín, candidato a Diputado Nacional por el PSA en Frente Progresistas.
Estimado Dr Romanin, la culpa de lo que paso desde el 25/5/2003
hasta la fecha, con esta LAKRA de los K, es culpa nuestra y solo
nuestra, que hemos permitido todo!!!
No hay funcionario que no tenga causas judiciales en curso, y lo peor cajoneadas por la presion de un Gobierno KORRUPTO, y aunque le parezca mentira todo quedara en la nada,sea cual fuere el Presidente
que se elija, porque esta tan enquistado el sistema con La Campora
metida en todos los estratos de la Administracion Nacional, Pcial y Municipal.
Le agradecere me comente si estoy equivocado:
benicot2012@hotmail.com Gracias.Beni
Beni,es cierto lo que dice pero no hay que bajar los brazos y recordar que la unica lucha que se pierde es la que no se libra.abrazos