El año 2009 se caracterizó por las discusiones de algunas llamadas nacionalizaciones que terminaron en el recinto de la Cámara de Diputados en aplausos, abrazos y besos por parte de los legisladores del PJ y sus aliados. Esta foto de festejos y abrazos son un facsímil de los diputados del PJ en la década del noventa cuando se produjo la privatización de YPF y otros organismos del Estado, donde eufóricos Matzkin, Parrilli y compañía, además de abrazarse y festejar cantaban la Marcha Peronista como música de fondo. La única diferencia entre el espectáculo del 90 y el del 2009 es que la Marcha Peronista ha dejado de ser obligado telón de fondo desde que fue implícitamente proscripta a partir del 2004 y explícitamente proscripta desde que el actual Jefe de Gabinete expresara taxativamente que “se la van a tener que meter en el culo”. Convengamos que en eventualidades como las antes descriptas a la Marcha Peronista el PJ la ha usado no tanto como símbolo, sino como silenciador de aberraciones o como paraguas de vergüenza, pudiéndose observar que hoy la proscripción del uso de la misma se ha levantado porque el PJ oficialista necesita paraguas.
Dicho esto y dejando en claro que uno acuerda con la Estatización de las AFJP, no con la instrumentación del manejo de sus fondos, uno se pregunta si no se nos quiere confundir en términos económicos el concepto de Nación con el de Estado para justificar la creación de un imperio argentino o una nueva oligarquía argentina capitalista.
Es aquí el momento donde uno se plantea si no se está generando una nueva oligarquía argentina con bienes que bien podrían ser del Estado y que en un momento lo fueron. Acaso la oligarquía ganadera de fines del siglo XIX y principios del siglo veinte no fue producto de la transferencia de bienes del Estado, básicamente tierras, a un sector de argentinos privilegiado por el poder político de la época?
Es cierto que un organismo del Estado no debe obligar al ciudadano a pagar una ineficiencia de conducción como la supo haber y que, quizás, se alentó más para poder justificar el negocio de las privatizaciones, pero también es cierto que nadie se preocupó por corregir esa ineficiencia a través de la creación de cuadros administrativos Estatales, tal como ocurre con países donde rige el capitalismo y, que no se rasgan las vestiduras con la palabra imperialismo, muchas veces adjetivada, porque imperialismos los hubo y los hay de distintos matices, cosa que no podemos negar salvo que creamos filosóficamente en la teoría de los dos demonios, o sea que hay un imperialismo bueno y uno malo.
En términos económicos tan capitalista es un argentino como un etíope, porque como diría Carlos Marx, a ambos los alienta la conquista del beneficio de la plusvalía. Por esta razón, que una porción de YPF la tenga el argentino Eskenazi, Ali Ferum o Williams Smith, me da lo mismo. O acaso no hay más de U$S 100.000.000.000 de propiedad de argentinos en el exterior? O el sacar el dinero de la Provincia de Santa Cruz al exterior, que aún no se sabe bien cuanto fue y cuanto volvió, no es lo mismo? O no se fueron del país en el tembladeral de hace un año más de U$S 20.000.000.000 en el término de unos meses, de los cuales gran parte era de argentinos?
Que feo y que bronca da cuando a uno lo quieren “melonear”, tal como decía mi viejo, desde arriba del poder.
Muchachos. ¿Estamos preocupados en nacionalizar para crear un imperio nacional que como todo imperio tiene un emperador, o si queremos ser mas benevolentes en su definición, para crear una nueva oligarquía?
Si así no fuera, ¿por qué no estatizamos lo rentable?. Porque cuidado, estatizar lo deficitario, mas allá que se haga bajo cualquier slogan emocional, también implica defender algún sector oligárquico capitalista a cambio de la población de los que menos tienen al Dios del capitalismo, porque en estos casos, tal como dice una cara de la perinola “TODOS PONEN”.
No habrá llegado la hora de que también pensemos en estatizar la explotación del juego para que no siga creciendo el capital de un Nuevo Imperio argentino o quizás llamémosle, para ser menos irritativo, de la Nueva Oligarquía?.
Además de esta forma evitaremos prolongaciones obscenas de concesiones como la de los tragamonedas del Hipódromo de Palermo o prórrogas de tres años sin llamado a licitación casualmente firmada entre el ruido de los cohetes y las cañitas voladoras un 31 de diciembre, como ocurrió en la provincia de Buenos Aires con la empresa Boldt.
El licenciado, Ayala describe muy acertadamente la conducción autoritaria de este gobierno. Ahora estamos viviendo otro atropello con el Banco Central, por supuesto esto se suma a las definiciones: Tragamonedas. Boldt. AFJP. y las aberrantes exposiciones y comentarios verbales del jefe de Gabinete y se va por mas.
Licenciado Ayala. Ud. como siempre muy acertado en sus apreciaciones. Es cierto estatizar lo rentable no es negocio para el Estado. Es negocio para ellos. Del Juego: Boldt y Cia. son los dueños desde la decada del 90.
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