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Alvarado ganó con autoridad y sueña con la clasificación

Festejo generalEn uno de los mejores partidos que jugó en el José María Minella, con buen trato de pelota y golpeando en los momentos justos, Alvarado se quedó con tres puntos de oro al vencer a la CAI de Comodoro Rivadavia por 3 a 1, por la decimosexta fecha de la Zona 1 del Torneo Federal A. Conociendo otros resultados que lo obligaban, el equipo mostró carácter, se repuso al baldazo de agua fría que significó el empate parcial y lo cerró con autoridad y un alto nivel, para quedar en el lote de siete equipos en tres puntos, que irán por los tres lugares para el tetradecagonal.
No fue una semana fácil para el plantel por lo que significó la muerte del padre de Damián Luengo, pero el mejor regalo que le podían hacer al “Paisa” era ese, dejar todo en la cancha, mostrar entrega hasta el final y quedarse con los tres puntos. El equipo salió convencido desde el primer minuto de lo que tenía que hacer: presionar bien arriba y no dejar lugar a jugadores jóvenes pero de buen pie. La rápida salida de Villarroel por lesión, al minuto de juego, también trastocó los planes del entrenador visitante. De todas formas, Alvarado tenía clara su propuesta y jugó en campo rival, manejó la pelota con Machado y Molina y desequilibró permanentemente con Fabián Castillo.
Los sureños vinieron a esperar y salir de contra. Así, sorprendieron con un cabezazo de Sergio Núñez que contuvo Joaquín Pucheta, pero el protagonista era el “torito”. Machado tocaba e iba a buscar, Molina se cerraba para jugar y se abría para llegar por sorpresa. A los 8’, Rodríguez Rendón asistió largo a Tello, el batanense tocó adentro para la corrida del hombre de Miramar, pero la pelota le quedó muy sobre el pie, no le pudo dar dirección y fue directo a las manos de Ronco. El juvenil que proviene de la Liga Local, mostró destellos de su calidad, se ponía de frente, se sacaba hombres de encima y buscaba paredes con Emanuel Pennisi. En una de esas, ganó, llegó al fondo y tiró el centro de rabona que cortó el arquero, pero levantó a la tribuna.
Castillo era el hombre más importante del ataque, desbordaba, ganaba en el uno contra uno y sólo faltaba el último toque. Ponce cabeceó un córner que Pennisi no alcanzó a “taquear” para abrir el marcador y varios avances más no terminaron de concretarse en situaciones de peligro por imprecisiones en los metros finales. Con poco, CAI volvió a preocupar con un centro que cabeceó Seguel y Laureano Tello despejó casi sobre la línea. Esos últimos minutos de la etapa, pareció que el “torito” bajó la intensidad y tomó aire para lo que venía.
Al complemento, con algunos resultados ya conocidos, la obligación fue mayor. Esas ganas de ganar, le dejaron espacios a CAI que, de contra, tuvo una opción clara con Vargas que definió sin fuerza. El “torito” necesitaba un gol para calmar la ansiedad y lo consiguió a los 7’. Castillo ganó un córner por la derecha, Machado metió el centro y Manuel Madrid puso el frentazo goleador, muy festejado, con dedicatoria especial para el “5”, para el amigo que no estaba en la cancha, pero acompañaba en la tribuna: el “Paisa” Luengo.
Con el tanto, ganó en tranquilidad y se adueñó por completo de las acciones. Fernando Ponce se tuvo confianza, cortó en la zona defensiva y salió eludiendo rivales por el centro del campo, dejó tres en el camino, abrió para Castillo y fue a buscar el centro que no conectó por centímetros, pero le quedó atrás a Machado, tocó para Molina y el zurdo metió el remate que se fue apenas afuera.
El segundo gol estaba al caer. El mejor de la cancha, Castillo, bajó un pelotazo como los dioses, se acomodó y metió un derechazo que reventó el ángulo izquierdo, el rebote salió hacia el medio, Pennisi se tiró con alma y vida para empujar, pero dividió con Prieto y no le pudo dar fuerza, la pelota siguió camino a paso de hombre y permitió la recuperación de Ronco que llegó a agarrar sobre la línea. En el mejor momento de Alvarado, increíblemente, llegó el empate. Un tiro libre desde la izquierda encontró a Nelson Seguel libre por el segundo palo y metió el frentazo goleador para el 1 a 1.
La igualdad cayó como un baldazo de agua fría para la gente, pero no para los de adentro. Porque Duilio Botella tuvo la lucidez de meter un cambio ofensivo para cambiar el aire y los jugadores no se desesperaron. También tuvo la fortuna de que se repuso rápido y cuando se quiso acordar otra vez estaba arriba. A los 25’, Brian Cortadi le ganó bien a Prieto por la izquierda, encaró en diagonal hacia el arco, amagó a tocar adentro y definió con categoría, al segundo palo, para sellar el 2 a 1 que devolvió la tranquilidad.
Ese tanto quebró definitivamente el partido. Porque CAI bajó los brazos y Alvarado entendió cómo se debía jugar el partido. Empezó a mover la pelota de un lado a otro con la batuta de Facundo Machado, la llevaba de derecha a izquierda, pivoteaban los delanteros, si no había lugar se retrocedía y otra vez comenzaba la vuelta. Encima, Gaitán golpeó sin pelota a Rodríguez Rendón y se tuvo que ir a las duchas con anticipación. Fabián Castillo se fue acalambrado y ovacionado, y Carrizo le aportó despliegue por derecha.
Y en el final, tras una volea de Molina apenas alta y un gran remate de Machado que sacó a un costado Ronco, el “laucha” se ganó un  penal. Se infiltró al área por su sector, encaró mano a mano a Morales que apenas lo tocó, se dejó caer y Franklin “compró”. Leonardo Roda se hizo cargo del penal, lo ejecutó con sutileza a la derecha del arquero que fue al otro palo y selló el 3 a 1.
Victoria clave de Alvarado en una zona que no deja lugar para errores. Son siete equipos en tres puntos y el que deje algunos en el camino se queda afuera. Varios se enfrentarán entre sí y serán todas finales. Quedan dos fechas para el infarto, y el “torito” demostró que está listo para dar pelea.
Alvarado estaba para golear. Porque CAI bajó los brazos y el local se envalentonó y cerró el partido en un alto nivel. La diferencia era de más de un gol, y el premio llegó a los 43’, cuando Carrizo se metió por derecha, Morales lo derribó y Leonardo Roda canjeó el penal por gol. Mucha alegría en las tribunas y otra muestra de carácter de un equipo que pasó de estar en lo más bajo a quedar a un punto de la cima, con dos partidos por delante y la ilusión latente.

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