Se están cumpliendo cinco meses de la muerte del Fiscal Alberto Nisman y aun la Justicia argentina como de costumbre, está pensando como caratularla.
En un país donde la Justicia no goza de independencia, tal cual lo dictamina la Constitución Nacional, ocurren este tipo de cosas, que no solo afecta a la familia directa de la víctima, sino a la credibilidad mundial.
Han pasado 23 años del atentado a la Embajada de Israel, se van a cumplir 21 años del de la AMIA, y las investigaciones han corrido el mismo destino, o sea es una asignatura pendiente de varios gobiernos constitucionales, de los cuales al actual se le acreditan 12 años.
La investigación de la muerte del Fiscal Nisman, desde su comienzo, estuvo viciada de serias irregularidades que se han querido ocultar, y con el paso de los meses se ha evidenciado.
El Gobierno no solo no decretó duelo por la muerte, sino que se ha ocupado desde la máxima autoridad y sus ministros, de embarrar todo el tiempo dicha investigación.
Y como si esto fuera poco, se ha presionado a la Justicia para que en todas las instancias se logre finalmente archivar la denuncia de Nisman, o sea que ni se ha tratado de investigar nada.
Mientras tanto están dando vuelta al mundo distintos documentales sobre esta muerte que no solo marcó un antes y un después de la muerte de Nisman para la Comunidad Judía Argentina, sino que afectó al orden constitucional, y lo salpicó en su credibilidad.
Es lamentable que el tema se evapore sin resultados y así pasarán los meses venideros. Será Justicia.
Beni Cotler
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