Nadie puede negar que Tinelli en su niñez la haya pasado mal. Tampoco nadie puede negar que de jovencito se haya animado a venir de su Bolívar natal a Capital Federal a tentar suerte, es meritorio.
De chico en Bolívar la pasó mal según sus propias declaraciones, donde dice que trabajo de lustrabotas para ayudar a sus padres, actitud también muy destacable.
Temerariamente y muy cercano a su pubertad se animó a venir a Bs. As, donde jugó en las divisiones inferiores de clubes no destacados. Dicen que también vendía café por las radios, cosa que a mí no me consta. Se argumenta que esto último fue el lazo que en el año 1975, lo convirtió en cronista del relator deportivo José María Muñoz, posteriormente se desempeñó como reportero en las canchas, donde era uno de los dos periodistas que le contaban el número de tiros de esquina a Muñoz en cada extremo, cuando el recordado relator decía: “Córner número”, desde el campo de juego Tinelli o el compañero, le contestaban, uno, dos, tres o el que fuere.
Posteriormente pasó al área deportiva en el programa del caballero Juan Alberto Badía, de quien no puede haber aprendido el hábito de gritar en vez de hablar y así lentamente se fue arrimando a lo que sería insólitamente su primer éxito llamado Videomatch.
En Videomatch es donde el joven de Bolívar, comienza a realizar humor abusando de la falta de respeto al otro, usando la sorpresa violenta como acto gracioso, haciendo uso de la agresión o riéndose de la inocencia de los entrevistados, generando situaciones ridículas que implícita o explícitamente también eran violentas. No tenemos más que recurrir a los videos de Videomatch de YouTube para poder apreciar la transmisión de la violación de las normas que realizaba el programa de Marcelo Tinelli.
También en este programa, nace como forma de comunicación el grito que sustituye al razonable habla comunicacional, lo que lamentablemente después fue adoptado por la mayoría de los animadores jóvenes, en función del éxito que tuvo dicho producto.
Estimulado por el cambio cultural, que se venía produciendo en un gran sector de la sociedad, empezó a disfrutarse de este uso o maltrato con ridículo del otro que creó el animador.
En su programa se pudo apreciar momentos desagradables y a veces muy violentos, que todavía no me explico como a alguna persona mayor no le produjeron un infarto y todo esto bajo el lema final de “Fue una broma de Tinelli” y aceptemos que un sector importante de los televidentes lo veía como gracioso y le generaba puntos de rating.
No le alcanzó con esto, que llegó todavía más lejos, al ridiculizar usando como factor irónico a un Presidente de la República, más allá del juicio de valor que cada cual pueda tener sobre el mismo. Qué diría Carlos Nino de haber incorporado esta secuencia en su libro “Un país al margen de la ley”.
Así, quizá haciendo lo que bebió de su vida y aprovechando de ese gran sector social que le da lo mismo vivir al margen de la Ley que respetarla, la sociedad le abrió paso y Tinelli se impuso transformándose en uno de los hombres más famosos y ricos del país.
Me pregunto: ¿Qué cómico de calidad, ha usado al público como intermediario con el fin de ridiculizarlo para generar risa al destacar sus defectos?
Tal fue el éxito de Tinelli, que no tenemos más que ver a quién y en cuánto vendió sus derechos de autor de Videomatch, realmente no se en que países se reprodujo esta violación de los derechos humanos, condición de las cuales una es “El respeto por el otro”.
Después nace aquí en Argentina y de su mano “Bailando por un sueño” y otras actividades más cuyos derecho de autor fueron comprados en el exterior por Tinelli y que los envolvió en el paquete de hoy llamado Showmatch.
Corresponde reconocer, que el conductor de Bolívar tiene una habilidad empresarial comparable con pocos, pero que para ganar dinero es capaz hasta de pisotear la Constitución Nacional. No debemos dejarle de reconocer el montaje escenográfico que hace con su programa, donde el año pasado para ser avisador en el mismo había que pagar $ 20.000 el segundo.
Ahora además de plata está buscando un capital que no siempre es fácil conseguir, que se llama status social y en la búsqueda de esto surge su vice presidencia en San Lorenzo y según dicen su ambición de presidir la AFA.
Hay que reconocerle que en sus relaciones familiares íntimas, llámese ex esposas, esposa e hijos, todo indica que su conducta no tiene reproche, pero con esto no alcanza para un hombre público, porque de ser así también reivindicaríamos a Escobar Gaviria.
Pero este hombre pizarrón, y lo llamo así por la manera tribal que tiene escrito su cuerpo, pareciera que quiere tener peso en el campo político, de lo cual algo debe haber aprendido al lado del proselitista José María Muñoz, lo cual quedó demostrado esta semana subordinando al show a tres posibles candidatos a Presidente tal como: Scioli, Macri y Massa, que se prestaron al manoseo del conductor, tal cual como es su hábito, que les incorporó actitudes y conductas insolentes y guarangas, no sólo para ellos sino para sus esposas.
Es cierto que la política cada día que pasa, se arrima más a un espectáculo decadente, como así también es cierto que el canal oficial casi de lunes a viernes tiene su hora del programa que yo titularía “Las fantasías y falacias de la Presidente”, pero creo que esto debe tener un fin, porque si continuara, no sólo Del Sel sería candidato a Gobernador, sino que nos podemos sorprender con que El Hombre Pizarrón también tenga aspiraciones presidenciales.
Este no es un problema fácil, pero si le queremos poner límite se puede. Sin ir tan lejos recordemos que cuando Celina Rucci terminó con un baile del caño y Tinelli pretendió cortarle la pollera, la actriz se lo prohibió, obviamente generando un ambiente de tensión, pero lo cierto es que el animador no pudo avasallar a la actriz.
Algunos se preguntarán para que se escribe esto, simplemente para que no toleremos la llamada anomia boba, para que no se cruce un semáforo en rojo, para que se respete a los ancianos en el final de su vida a la que todos llegarán, para que en las plazas además de niños con sus padres y viejos paseando no tengamos que soportar el olor a marihuana que emanan de muchos cigarrillos algunos jóvenes, para que la riqueza económica no sea un instrumento que permita llevarse por delante todo, para que a una persona que fue asaltada como corolario no se le diga “que suerte que no te mataron”, para que la vida sea un bien valorado, para que se entienda que el poder político es una delegación de los ciudadanos para que sus representantes se hagan cargo de defender los intereses generales y las instituciones, en fin, se podrían seguir dando infinitas razones.
Debemos entender que la cultura de un pueblo no es un ente abstracto, sino la síntesis de todo lo que ese pueblo hace, modifica y/o crea.
Al observar que nuestra cultura está teniendo desvíos insospechados, uno se alarma porque sabe que intelectualmente golpearán a nuestras descendencias.
No culpo a Tinelli de todas las desviaciones, pero si lo ponemos como ejemplo violatorio en función del alcance que tienen sus actos públicos, además de la tristeza que da ver que sectores de la sociedad lo observan como si fuera un paradigma.
Empecemos por algo, por favor terminemos con que el nombre más usado de los jóvenes sea “boludo” y que la referencia a otro, sea una palabra nacida en el seno carcelario tal como es “chabón”.
Flavio Rodríguez