Con un rendimiento que fue de menor a mayor, Quilmes concretó un triunfo valiosísimo ante Boca Juniors por 83-61 y se mantiene entre los mejores equipos de la Conferencia Sur. El Cervecero necesitaba ganar con cierta urgencia, sobre todo sabiendo que venía de seis derrotas al hilo y no podía perder más terreno en la tabla de posiciones. El equipo de Leandro Ramella no ganaba desde el último clásico marplatense, pero ahora se lució ante un Boca muy apagado y logró recuperar su buena imagen en una noche donde brilló Maximiliano Maciel, figura con 19 unidades.
Boca arrancó abriendo el juego de la mano de una muy buena efectividad. Ramírez Barrios y Faggiano tomaron protagonismo de cara al aro en los primeros minutos, Quilmes forzó de la mano de Gallizzi pero la presión visitante fue mucho más intensa y de a poco su ventaja se fue estirando. Sosa, con un triple en cual hasta sacó la falta (Baxley llegó tarde), permitió que Boca tome una renta de 13-7 en un inicio a puro gol. La efectividad de Boca permitió que la balanza se incline a favor del equipo de Ronaldo Córboda.
Quilmes se recuperó de a poco. Primero con Gallizzi y su potencia dentro de la pintura, pero por sobre todas las cosas se levantó de la mano de un temible Maciel. El Cervecero llegó a empatarlo en 16, presionó muy bien pero en el balance siempre terminó decayendo ante un Boca letal. El negocio del Xeneize siguió siendo su altísima puntería (5/8 en triples), en Quilmes no apareció Baxley y Calderón terminó de dar la punzante estocada: Boca lideró el marcador por 25-18 al finalizar el primer episodio.
La respuesta de los marplatenses amenazó con llegar en el arranque del segundo periodo. Sin embargo, al local le costó encontrar a Baxley, hasta ese momento asediado y muy incómodo para proba al aro. Teniendo que arreglárselas sin su máximo anotador era entendible que a Quilmes le costase ponerse al frente, pero el despertar del dueño de casa finalmente se produjo de la mano de Ortiz, que con dos bombazos al hilo permitió dar vuelta el marcador: 29-27. La reacción de Quilmes llegó en el momento justo, porque en defensa logró hacer un interesante trabajo para frenar el ataque Xeneize y además concretó sus situaciones ofensivas.
Quilmes siguió explotando su momento picante. El local dominó en el juego pero no tanto en la diferencia del score, sobre todo porque el choque cayó en una pequeña laguna de imprecisiones hasta que empezó a aceitarse Baxley y el trámite empezó a inclinarse mucho más a favor de los de Leandro Ramella. Quilmes, con una buena cuota de puntos de su extranjero goleador, más un buen cierre de Vildoza (metió un incómodo pero excelente doble sobre la chicharra), pasó a ganarlo 38-31 al finalizar el segundo capítulo.
Tras el entretiempo, Baxley aceleró un cambio más y se mostró en mayor medida a su versión habitual. Con una toma de decisiones más amplia, pero sobre todo con un equipo que defendió muchísimo más intenso a un rival impreciso, Quilmes se siguió escapando con muy buenos puntos de Gallizzi y una bomba de Maciel. Los marplatenses sacaron diferencias, aunque sin terminar de escaparse o quebrar el resultado independientemente del dominio expuesto. Así, en el meridiano del parcial llegaron a situarse arriba por diez unidades (46-36).
En los últimos cinco minutos Quilmes explotó mucho más. Las decisiones de Gallizzi, Vildoza y sobre todo una serie de triples de Clark (2), terminaron de lanzar al Cervecero a una ventaja muy importante de 54-40. Boca solamente encontró puntos en Ramírez Barrios por la vía perimetral, pero su bomba no pudo darle demasiado respiro a un local muchísimo más intenso. Al Xeneize le costó encontrar la brújula y ya no era el mismo de los primeros minutos, y ni siquiera el ingreso de Sneed (que recién vio minutos pasada la mitad del partido) puso revertir la tendencia local.
Los de Ramella estuvieron intratables desde el perímetro. A lo hecho por Clark, de enorme producción de triples y una defensa valorable (le metió un taponazo a Sandes), se sumó la tarea incansable de Maciel, que también castigó desde la zona de tres puntos. Quilmes siguió empujando y se llevó por delante a Boca en el tercer segmento, pasando a ganarlo por 60-44 antes de ingresar al último capítulo.
En el inicio del periodo final la tendencia de Quilmes no varió, Romero tuvo un par de llegadas importantes para ampliar la diferencia y Boca solamente contó con un arresto de tres unidades por parte de Treise. Con los puntos de su pivote, el Cervecero empezó a quebrar prematuramente el juego y se escapó a un claro 67-48 a falta de siete minutos. La desventaja no era irremontable, pero el trámite del partido mostró algo totalmente distinto y la sensación favoreció a Quilmes, que fue de menor a mayor y no le dio lugar a cualquier intento de levantada por parte de un Boca muy opaco (el Xeneize pasó de anotar 25 puntos en el primer cuarto a encestar solo 19 combinando el segundo y tercer parcial).
Los últimos minutos estuvieron de más, Quilmes terminó de cristalizar su lapidaria diferencia y Boca nunca terminó de aparecer, llegando al punto de apostar por los más jóvenes del equipo para que sumen rodaje. El Cervecero estampó un fantástico triunfo por 83-61, mucho de ello gracias a la tremenda labor de Maciel (19 puntos con 7/12 en cancha, y 5 rebotes), pero sumando el hecho de ser un equipo que creció de principio a fin y le ganó con mucha diferencia a un Boca escaso de ideas.
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