La relación del Consorcio Portuario con la empresa de estibaje Pequeña Marina no atraviesa un buen momento desde hace algunos años. Pero la cuerda se tensó en el verano cuando desde el Consorcio intimaron a la empresa de estibaje a que presente documentación a fin de renovar su habilitación.
“Presentamos todo lo que nos pidieron el miércoles 1 de abril a las 5 de la tarde”, contó Juan Carlos Elguero, representante de la empresa. “Pero ayer (por el lunes) a las 10 de la mañana nos avisaron que no le darían giro a dos barcos poteros a los que les realizamos la estiba porque no estábamos habilitados”, contó el empresario.
En defensa de unos 200 puestos de trabajo que están en riesgo ante la imposibilidad de que Pequeña Marina pueda descargar los poteros, un grupo de estibadores se manifestó este martes frente a las oficinas del Consorcio.
Personal de Prefectura había cortado los accesos al puerto y la manifestación transitaba con cierta normalidad: una grúa y un par de tractores estacionados de punta frente al edificio, gomas prendidas fuego, banderas y pirotecnia surtida como antesala de la reunión que mantendrían los representantes de la empresa y su abogado con las autoridades del Consorcio para encontrar una solución.
Pero todo se desmadró y comenzaron los incidentes mayores cuando un grupo de eventuales intentó ocupar las instalaciones del Consorcio, exigiendo por la defensa de las fuentes de trabajo.
Los ánimos se caldearon aún más cuando apareció Carlos Sepúlveda, dirigente de la cooperativa Producciones, sindicado por los estibadores como el autor intelectual de toda esta maniobra. También Alberto “Chamusca” Ovejero, de Hipocoop, apareció para “bancar” la dependencia pública, lo que enfureció a los eventuales.
Las heridas todavía sangran en la estiba desde que las empresas cooperativas, con el aval del SUPA, modificaron la forma de seleccionar eventuales en el centro de contrataciones del congelado, dejando de lado las listas rotativas. Las cooperativas dicen que fue para terminar con los abusos del seguro. Los estibadores sienten que son discriminados y explotados por los patrones.
De no mediar la intervención de los prefectos, la pelea hubiese tomado otros ribetes. Y si no asoma una solución que tranquilice a los estibadores que salieron a defender sus fuentes de trabajo, la tensión se mantendrá latente entre los muelles. En una de las paredes del edificio dejaron un mensaje pintado en naranja.
“Ahora (por Sepúlveda y Ovejero) son asesores del Consorcio y nos están jodiendo, cuando lo único que queremos es trabajar. Somos 40 compañeros de Pequeña Marina, más los 100 eventuales del centro de Contratación que laburamos cuando entran estos barcos”, dijo Jorge, uno de los manifestantes.
“Teníamos que descargar el Sud Este 502 y el Patagonia I pero no les dieron giro. Tengo todo en regla, pagamos el canon mensual más el uso de las herramientas. Acá nos quieren sacar del negocio”, subrayó Elguero, que muestra la carta documento que le envió el Consorcio.
Firmada por Adalberto Colombato, gerente General interino del Consorcio, con fecha del 17 de marzo, se le solicitó a Pequeña Marina, a partir de una resolución del interventor Matías Machinandiarena de junio de 2014, que aporte documentación de obligaciones tributarias y previsionales, cuyo plazo venció el 31 de diciembre del año pasado.
“Nos dieron 10 días de plazo y en ese lapso también nos pusieron trabas para poder trabajar con un par de barcos –contó Elguero–. Hidalgo me dijo que ninguna empresa de estibaje estaba habilitada, y que no podían tomar ninguna resolución porque no estaba formado el directorio. Pero a los únicos que intentan perjudicar es a nosotros”, se quejó.
REVISTA PUERTO intentó comunicarse con funcionarios del Consorcio para conocer más de la situación de Pequeña Marina, pero solo cosechó versiones extraoficiales, las cuales confirmaron que el tema se había resuelto en paz. “Se priorizaron los pedidos de giro de aquellos barcos que cargarán el portacontenedores”, dijeron en cercanías de Jorge Hidalgo.
Desde Pequeña Marina convalidaron la bandera blanca que asomó en el Consorcio. “Nos dijeron que fue un malentendido, que ya está solucionado”, dijo Elguero, al tiempo que se esperanzó con que sea “el último”.
Revista Puerto – Roberto Garrone
Foto: Diego Izquierdo