¿Hay algo en la política que nos debería asombrar a los argentinos?
El caso Martín Insaurralde es realmente para el análisis, sin entrar demasiado en antecedentes propios, en realidades actuales muy promocionadas. Todo ha quedado bien a la vista. La farandulización de su figura, desde su campaña del 2013 para aquí, algo poco más de un año, ha sido lo suficientemente pública como para eximirnos de escribir cada uno de los capítulos harto conocidos por su buscada exposición.
Lo curioso resulta que una persona politizada pueda variar su perfil y pasarse a otro andarivel, el de la farándula, sin más trámite que por el amor. Es lógico y razonable que Jesica Cirio, su reciente esposa, luego de un promocionado romance, viva en ese mundo. Hay toda una estructura armada para que así sea y cada una de esas figuras bonitas se sirve a sabiendas, con verdades y mentiras, para estar en la conversación. Pero que una persona que se une a otro destino, haga un giro tan notable y se convierta, como el príncipe consorte, en figura acompañante de la corte de esas reinas, parece disparatado. Igualmente nos damos cuenta que en la Argentina de estos tiempos, todo es posible.
Y este es el nivel de la política o la falta de ella en las decisiones mayores, atendiendo en particular las menores en lo personal, mezclando una cosa con la otra y produciendo un pastiche que mal huele. Pero pareciera que nadie buscara aclarar, por el contrario, se obscurece.
Carlos Kunkel, diputado rereferente del FPV, señala a este personaje, quien vuelve a su reducto, Lomas de Zamora para ponerse nuevamente al frente de la comuna, como un “marmota”. Un Insaurralde elegido por el dedo de la propia jefa del modelo como cabeza de lista de legisladores nacionales para la provincia de Buenos Aires. Si antes era un fenómeno y ahora un marmota, algo de calle y sentido común está faltando.
Además, no quedan dudas que nuestro territorio no se encuentra bendecido por los elegidos y por eso quizás tantas inundaciones y sinsabores. Más allá de este diputado intendente. Un gobierno que se desluce en decisiones que no priorizan la educación al aceptar, sin más vueltas, que se tenga un mes menos de clases. Que la salud tenga agujeros por todos lados. Que el IOMA privilegie a la madre de la presidente. Que el IPS arrastre una de las peores gestiones de su historia.
Hoy la política no tiene respuestas en razón de que la política está en crisis en nuestra pretendida democracia. Estamos muy lejos de ella y por eso más cerca de cualquier otra forma de gobierno.
En Mar del Plata, ya lo ha señalado MDPHOY, ahora la discusión “política” es la entrada o no en tiempo del presupuesto comunal. Si estaba cerrado el Concejo, si fueron a tiempo, si estaban detrás de la columna esperando que se fueran o si aparecieron con todas las de la ley. Uno dice una cosa, el otro una diferente en tono subido y los habitantes perdidos en buscar que todo funcione como corresponde y no se discuta sobre lo anecdótico convertido en la parte central de una película bizarra, que entra en la cartelera con lo que está de moda, el terror de ficción convertido en vivencias sin sentido, como si formara parte de los fuegos artificiales de fin de año.
O nos animamos a dar el paso o, como dice la canción, “pasarán más de mil años, muchos más”. Los dedos mágicos solitarios y electores no sirven. Debemos crecer nosotros, con mente alerta y con precisa mano para elegir. Se viene un año electoral y el voto debe decidir el crecimiento y el encuentro con la verdadera política.
Miguel Toscano