Es una verdad de Perogrullo afirmar que la diferencia de matices atraviesa transversalmente, a todos los bloques políticos con representación en el HCD, generando tensiones y disputas en torno a la visualización y el abordaje de ciertos y determinados expedientes.
Pero no deja de ser un dato fundamental e insoslayable para comprender la aparente incongruencia entre la postura sostenida por el Frente Renovador, el miércoles pasado, durante la jornada inicial de una sesión especial, que se coronaría con una voltereta decisiva cuarenta y ocho horas después, para que el oficialismo pudiera imponer la estructura de coordinación y planeamiento de la Policía de Prevención Local.
En esa jornada inicial el presidente de la bancada renovadora aceptaría, a regañadientes, pasar a cuarto intermedio, desechando de antemano la propuesta dilatoria que el Intendente había sacado de la galera, otorgándole facultades al HCD para prestar su acuerdo a la designación de los cinco directores generales, que conformarían el Centro de Coordinación y Mando Unificado (CECMU), asegurándoles que “prevemos designar personas que acrediten idoneidad, formación y experiencia”.
“Lo que está pidiendo la oposición es muy claro y es que dejen de entrar amigos a los puestos políticos y esto no es lo que habíamos pedido. Aceptamos este cuarto intermedio con una salvedad, nosotros, en ningún momento, pedimos que este Concejo Deliberante tenga la evaluación de las personas, que quiere ingresar el Intendente Municipal a la Planta Política”, sostuvo, con firmeza, Cristian Azcona.
Y su compañero de bloque, Hernán Alcolea había sugerido, lisa y llanamente, que se pasase a la votación del despacho de minoría.
Evidentemente aseguróque “estamos ante una maniobra dilatoria de lo que pretende este Concejo Deliberante que es aceptar el Convenio, que firmó el Intendente con el Ministerio de Seguridad. Yo entiendo que lo que debiéramos hacer, sí el oficialismo sigue modificando la propuesta original es en principio, aceptar el dictamen de minoría, donde aceptamos y convalidamos el Convenio que se firmó con el Ministerio de Seguridad”.
Mientras tanto el tercer integrante de la bancada, Lucas Fiorini, que durante el maratónico tratamiento en la Comisión Legislación, había formulado una serie de modificaciones, varias de las cuales se incorporaron al proyecto original, mantuvo un bajo perfil durante el debate y no sería por obra de la casualidad, quien oficiase de miembro informante en el último de la sesión especial, anunciando el giro de 180 grados hacia el despacho de mayoría.
Los tres ediles provienen de distintas matrices políticas. Alcolea emigró, procedente del macrismo al massismo en busca de renovar su posibilidad de “seguir compitiendo”. En tanto que Azcona, gozaría de la privanza del dirigente peronista Juan Garibotto.
El expediente de la Policía Local daría lugar a la afluencia de posturas disimiles, engarzadas a sendas estrategias, en función de “cómo jugar” con las miras puestas en el proceso eleccionario del 2015.
Garibotto y los legisladores provinciales Patricio Hogan y Juan Pampin, creyeron haber conjurado los arrestos de Fiorini, para que el bloque se alinease con el oficialismo y de esa manera “no hacerle el juego ni a Arroyo ni a Vilma Baragiola”.
Sin embargo, Fiorini sortearía el obstáculo, que le habían puesto los sectores renovadores proclives a apostar a la candidatura de Arroyo, y siguiendo el apotegma de Mahatma Gandhi: “Perder la paciencia es perder la batalla”, perseveraría en sus propósitos, persuadiendo al empresario artístico Javier Faroni que esta era una oportunidad propicia para estrenar su candidatura a la intendencia como “el candidato que piensa en la gente y en la política”.
El desenlace de la puja intestina habría tomado a Azcona por sorpresa. Más aún en reunión de presidentes de bloque, el ex Defensor del Pueblo se había comprometido a acompañar el cuarto intermedio hasta el lunes, que el Radicalismo mocionaría en el último acto de la sesión especial, para luego verse “obligado y reconvenido” a desdecirse, granjeándose el enojo de los aliados de la víspera, algunos de los cuales le habrían retirado el saludo…
Roberto Latino Rodríguez