Superando el “panic attak” que habría motivado la semana pasada, la falta de quorum que frustró la habitual reunión semanal de la Comisión de Educación y Cultura del HCD, en cuyo orden del día se hallaba incorporada la propuesta que podría asimilarse a un brulote para imponerle al Paseo Vieja Terminal la denominación “Florencio Aldrei”, con falta de ortografía incluida, formulada por el ex pre candidato a intendente por el movimiento MDP+Feliz, Ángel Fernández, sus integrantes resolvieron por unanimidad el archivo del expediente, que pretendía una muestra de obsecuencia impúdica para con el poderoso empresario de medios y de hoteles, Don Florencio Aldrey Iglesias.
“Me parece que como antecedente valido, cuando vino una nota de una vecina para imponer el nombre de Beatriz Arza, tuvimos que archivar ese expediente y, uno de los motivos por los cuales se archivó, fue porque no habían transcurrido tres años desde
su fallecimiento; más allá de algunas otras cuestiones, que después son materia opinable y que, obviamente, nosotros desde el Frente para la Victoria, creemos que no reúne los requisitos, me parece también que hay cuestiones de normativa vigente, que no hacen posible este pedido. Y la verdad cuando vemos la manera en que lo han planteado, es una desprolijidad la nota, faltas de ortografías, “Aldrei” con “i” latina, por ejemplo, aunque eso sería lo de menos, pero yo voy a proponer el archivo”, fundamentó su moción el presidente de la Comisión, Fernando Maraude (FPV).
Su par de bancada Verónica Beresiarte, los pultistas Héctor Rosso, Alejandra Urdampilleta y Javier Woollands, así como el Jefe de la bancada de Agrupación Atlántica, Carlos Fernando Arroyo, el renovador Lucas Fiorini y los radicales Mario Rodríguez y Eduardo Abud acompañaron la moción.
Según los corrillos del Palacio Municipal, tras la votación del expediente algún integrante de la Comisión, temeroso de la furia gallega y las eventuales consecuencias de la herejía consumada, habría salido raudamente rumbo a la Catedral, para ir a rezar, como conjuro, un padre nuestro, un ave maría y una gloria a Dios.
Roberto Latino Rodríguez