Lo que viene a continuación no tiene nada que ver con el color de la piel. Aclaración hecha para quienes sin leer el sentido tratarían de disimular el fondo de la cuestión, descalificando en la dirección incorrecta, la del racismo. Abro el paraguas ya que llueve en la política, en la sociedad y en los medios de comunicación. La descalificación sin ofrecer razones está a la orden del día.
Al tema. El día 2 de septiembre se tendría que elegir para implementar el Día del Trabajador en Negro, diferenciarlo del Día del Trabajador en Blanco, el que tiene todos los atributos de alguien que puede vivir con absoluta dignidad, conforme a las normas que se han ido instituyendo para elevar la calidad humana, con horas determinadas de actividad, con el debido descanso, con aguinaldo, con aportes jubilatorios, en síntesis, con derechos. En esta jornada el INDEC brindó información haciendo saber que el trabajo no registrado (trabajo en negro) es el que más recuperó poder adquisitivo frente a la inflación. Los salarios del sector informal crecieron 29,3% en el año, muy por encima del sector público y el privado en blanco.
La lectura indica, curiosamente, que lo no registrado (trabajo en negro) registra un aumento substancial. Y otra vez el relato de la década ganada, del diario de Yrigoyen, del Pinocho de la nariz larga, de ese “Takayama mentiloso”, de la mentira “piadosa” (piadosa no se sabe con quién) o como lo quieran llamar. El empleo formal, como sí queda registrado, no permite nada de esto, el verso (bueno, más o menos). Y, en consecuencia, si en el trabajo en blanco no se puede, algo había que mostrar de positivo y así encontramos el negro, que no se registra donde está para combatirlo, pero sí para evaluar sus virtudes. Aquí si saben hasta lo que cobran.
Consideraciones. La publicidad oficial, reiterativa y con mucha plata de por medio, nuestra plata, mostró como caballito de batalla y como una verdad de Estado eso de “Argentina, un país con buena gente”. Habiendo sido derrotada por goleada esa idea, ya que la delincuencia, la corrupción y otras degradaciones sociales, mataron el concepto, más allá que realmente existe la buena gente, ahora apareció, como otra gran verdad de Estado, que “Argentina nos incluye”. Entonces, había que incluir al conjunto de la sociedad el trabajo en negro ganándole a la inflación.
Hemos escuchado sobradamente mensajes, en especial aquí en Mar del Plata, perlita mayor del trabajo en negro, de la lucha de las autoridades contra lo que parecía antes un gran mal. Hoy nos anoticiamos que el trabajo en negro es el mejor pagador. Pronto nos dirán que los trabajadores en negro tienen otros muchos más beneficios que los que están perfectamente registrados. Oportunamente nos anoticiaremos que mientras trabajan, en negro, están siendo abanicados, atendidos, servidos (¿querés un café, mate?, ovacionados por otros trabajadores que están en un negro más negro y del cual todavía no sabemos gran cosa, pero es el que se irá a combatir. Hay que inventar siempre un enemigo nuevo para darnos cuenta que en realidad, si algo no sale, es por el otro, el enemigo señalado, el traidor a la patria. No caben dudas. Hay especialistas con mucha imaginación, muy bien pagos, reitero, con nuestra plata, que curiosamente siempre andan dando vueltas por el INDEC, y sí, lo dan vuelta. Lástima que algunos nos negamos a creer y a aplaudir al negro, el trabajo, digo, el que ya tiene su día asignado, 2 de septiembre.
MIGUEL TOSCANO