¿Y ahora de qué me disfrazo?

El proyecto para que se llame al complejo en construcción en la Vieja Terminal de Omnibus, “Florencio Aldrey”, conforme a los dichos de Ángel Fernández, que aparece también identificado como “Mar del Plata + feliz” (me resultó difícil encontrar     el + en la computadora). El presentador de la idea en el Concejo Deliberante, indicó a un medio que “no es una joda, eh”… y se puede afirmar que efectivamente no lo es.

Algunos concejales lo habrán tomado muy en serio y se habrán sentido preocupados sabiendo que en algún momento se tendrán que ocupar. Quizás hasta los dejó sin dormir alguna noche (luego una pastillita ayuda). Es que se vendrá el momento de debatir, presentar razones y, en síntesis, tomar partido en forma pública.

Precisamente uno se preguntaba, para medir la calidad empresarial del propietario de tantas cosas de nuestra ciudad, de la cual se considera dueño, en razón de que alguien no había presentado antes algún tipo de reconocimiento. En todo momento, hasta aquí, resultaba difícil evaluar positivamente, merced a tantos intereses, si resultaba un benefactor de Mar del Plata o usaba indiscriminadamente su supuesto poder ante autoridades locales, provinciales y nacionales, para un único beneficio particular y de las sociedades de las cuales forma parte. A partir de ahora, en el momento de la verdad, habrá que poner en la balanza (un tanto desequilibrada) virtudes y miserias y jugarse.

Varios habrán quedado como el salame del sándwich. De un lado, una nota amable y complaciente (por esto generalmente van) y por el otro, lo que no es un rumor, el comentario de muchísima gente de Mar del Plata, en una crítica descarnada y conocedora de donde estamos y con qué bueyes aramos. Se escucha y se conversa en el quiosco o en la oficina, en el remis o taxi, en la casa o en el bar. Para colmo, tantísimos medios de la ciudad, que no pertenecen al dueño de La Capital, ya, con la sola mención del proyecto, reciben comentarios para nada favorables a la iniciativa.

Con todo esto es que deberán lidiar, más allá de su propia conciencia, aquellos que se consideran representantes del pueblo, para dictar el veredicto final. Esto si antes, en el camino, no se pierde, con pleno consentimiento del supuesto agraciado, en algún rincón que permita respirar a uno y otro hasta que soplen mejores vientos. Difícil la cosa.

No por nada Mar del Plata ya tiene un tristemente célebre Vecino Destacado. El vicepresidente Amado Boudou, a quien esta administración, con mucho amor, lo hizo acreedor de tal distinción. Y recordando lo de vice y lo muy cercano, lo del vice de la provincia, Gabriel Mariotto. Si sale favorable, ni se preocupen en invitarlo. Falta de ortografía en la presentación, en vez de Aldrey, Aldrei y ya con esto es suficiente para el vicegobernador para manifestar su enojo, tal cual lo hizo en el Fuero Educativo de Mar del Plata, de hace unos días, que al ver el nombre mal escrito de Yrigoyen, dio el portazo y partió de un acto que él mismo organizaba.

Con tal de no privarnos de nada parece que compramos todos los cartones. En consecuencia y, por si algo faltaba, ya estamos para cantar BINGO, cartón lleno. Eso sí el premio, no se hagan ilusiones, no será para nosotros.

MIGUEL TOSCANO