Cada vez que veo al pibe de la Recoleta recibido en el Buenos Aires y sólo ex profesor de Historia Económica en la Facultad, valga decir que nunca atendió ni un kiosco, cuando se dirige al pueblo a través de la Cadena Nacional, me trae a la memoria los 49 días de gobierno del camporismo y digo camporismo porque a Cámpora los muchachos lo llevaron en andas, por que pensar que Cámpora era revolucionario y que él gobernó es absurdo, quizás más revolucionario era Vicente Solano Lima.
¿Se acuerdan del acto de la cancha de Atlanta donde el monito Lima se trepaba en el alambrado para saludar a los jóvenes?
También me acuerdo de la cancha de Chicago donde se lanzó el “Luche y vuelve”, donde tuve la suerte de estar adentro del campo de juego acompañado de una ex monjita del Colegio del Carmen y no me olvido de lo que tuvo que hablar Abal Medina padre, para convencerlo que aceptara la consigna antes que el tío Cámpora subiera al palco de oradores donde el cerraba el acto y donde hablaron antes de él; Mario Hernández, Ortega Peña, el Capitán Farmache y quizás me olvide de uno.
Este pibe, con el cuellito abierto, falta que tome mate mientras habla, me hace acordar a los 49 días del camporismo, donde la segunda noche de gobierno él Bebe Righi (Ministro del Interior) largó en Villa Devoto a todos los presos políticos donde por impericia también salió un alto número de presos comunes (ladrones, asesinos y otras yerbas).
Tampoco no me olvido del Operativo Dorrego que se armó en esos 49 días donde el Comandante en Jefe era el General Carcagno y se generó un operativo entre Ejército y montoneros con el fin de reparar juntos problemas de infraestructura creo que en siete Partidos de la Provincia de Buenos Aires. No olvidemos que al día 50 cuando asumió Perón dio por terminado el Operativo por considerarlo fracasado, dado que los montoneros en vez de laburar trataban de bajar línea política.
Volviendo a Kicillof y prejuicio aparte, quienes tuvimos participación, experiencia y vivencia directa de las décadas 50-60-70, ver a este muchacho disfrazándose de pibe de barrio y usando un lenguaje en muchos casos de café de esquina muy lejano al de un funcionario o un diplomático, como no nos vamos a acordar de los 49 días del camporismo, máxime cuando el mensaje proviene de un entrista trotskista reciclado.
Licenciado Abel Ayala
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