Por un lado que Estela de Carlotto haya encontrado a su nieto, me parece un hecho realmente trascendente y de justicia, por lo mismo esto nos debe alegrar a todos.
Por otro lado me pregunto, hoy se insiste y se reivindica el respeto por la identidad al punto tal que se ha permitido el casamiento entre personas de un mismo género y un sin número de medidas tendientes al respeto de la identidad, más allá de que uno no esté de acuerdo con algunas, pero realmente hay que aceptar que esto es significativo y en muchos casos necesarios.
Ahora, si hay un hecho de identidad patente es el nombre. Al punto tal que hasta los perros lo tienen incorporado y si no haga la prueba, llame a su perro con otro nombre y seguramente el animal no le responderá al llamado.
Entonces me preguntó, porque si el nieto de la Presidente de Abuelas de Plaza de Mayo quiere seguir llamándose Ignacio porque es un nombre que él lo incorpora a su identidad, se comete el acto de violencia psicológica llamándolo Guido que podría haber sido llamado también con el nombre de su abuelo paterno.
Ocurre que este tema de la identidad que es un hecho psicológico y cultural lo quieren trasformar en un hecho político y reitero que me parece un hecho de violencia inaceptable, lo que deja bien en claro que cuando las Organizaciones de Derechos Humanos se ponen una camiseta política, cometen un acto casi delictivo y encierran una acción de engaño, por eso reivindico y enaltezco la conducta de nuestro Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
Licenciado: Abel Ayala
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