¿En razón de qué este pretendido escritor de ideas y delirios busca ayuda, muchas veces, para fundamentar sus líneas, en aquellas que marcan lo vulgarmente sabido, en definitiva, lo obvio? Primero, para que las ideas tengan fundamento y bajen del delirio a que a veces somos tentados por el demencial camino hacia una sociedad que se despedaza por la caída de las normas que la deben sostener. Pero, para completar la explicación va otra pregunta ¿Alguien cree que lo obvio se da en la Argentina de hoy? Busquemos asimismo en la Argentina de ayer, con la esperanza de que no sea la del mañana. Hurguemos entonces.
Nuestro título nos ubica en la figura del intendente, el actual, Gustavo Pulti. Pero tratemos de ubicar al que necesita una comunidad. Una definición nos aproxima a las funciones de un intendente: “todo lo que contribuya a una mejor calidad de vida para los vecinos de un pueblo o ciudad”.
Y en ese “todo lo que contribuya…”, está el poder de observación y por supuesto las ganas de actuar. Además, el intendente tiene colaboradores en cada una de las ramas. Y al nuestro, al menos en cantidad, no le faltan. Se dedicó específicamente a aumentar, quizás más de lo conveniente, la plantilla de funcionarios, con nuestra debida pretensión ciudadana que todos funcionen, en conformidad a que el sueldo se paga con el dinero de los contribuyentes. Otra obviedad y seguimos… Por si fuera poco, hay concejales adictos y de los otros que hablan, consejeros escolares del mismo palo y extraños y medios de comunicación que pretenden transmitir las falencias. Y por si algo faltara está la Defensoría del Pueblo que recibe quejas, reclamos y los comunica.
Con todo este obvio panorama, el intendente de vacaciones. Y no es que nos neguemos al mismo descanso que requerimos todos, en cuerpo y mente. Nos referimos a que el intendente, sobre el tema de las escuelas provinciales, estuvo en receso durante casi todo el año, más allá de alguna declaración de compromiso con las palabras pero no con las acciones, más allá de alguna frustrada gestión. Lo cierto es que se comprometió efectivamente con el tema unos 10 días, eso sí, para comprometer las finanzas de Obras Sanitarias en más de 35 millones de pesos, si tenemos en cuenta las negociaciones, para encontrar el sí del sindicato de la empresa municipal.
Luego de esto, las efectivas vacaciones del lord mayor, lo suplanta Ariel Ciano. Pero es suplente. Entonces, en esta cuestión, por parte del titular, seguir mirando para otro lado, en algo que hace “a la calidad de vida para los vecinos de un pueblo o ciudad”, conforme a esa definición, con muchos chicos en casa por la falta de estructuras educativas en condiciones. Son provinciales. Si, lo son, pero los niños son marplatenses. Estoy convencido que cuando algo falla a nivel nacional o provincial, el intendente debe elevar su voz, hacerse oír por los de arriba, con un respaldo que seguramente encontrará en las fuerzas vivas de la ciudad. No siempre ir de rodillas a los despachos y/o los hoteles.
En esos 10 días de ocupación, Gustavo Pulti apeló a lo mejor a mano. La única caja existente hoy, la de Obras Sanitarias. Las específicamente municipales, las que corresponden por deber propio, vaciadas de objetivos y contenido. ¿Y si esto se hubiera iniciado en tiempo y forma, en lugar de estar en un extenso descanso? ¿Hubiera hecho falta esta aberración de recurrir a la empresa municipal, sacando más de 35 millones de pesos de obras programadas? ¿O se quería llegar a esta encrucijada para alimentar campañas con aguas de otras fuentes?
En vez de respuestas, es muy seguro que encontremos descalificaciones de quien cuestiona y por supuesto el ninguneo de las razones. Lo más habitual de hallar: “son mentiras”, sin explicarle a la ciudadanía cuál es la verdad. Ejemplo, cuándo un concejal dijo que una casa alquilada para cultura del municipio valía $60.000 por mes, otro salió a decir que “no es tanto”, pero no dijo, precisamente, cuánto. El mismo pide explicaciones para ver qué es esa Asociación de Jerárquicos de Obras Sanitarias, la que reclama por esta acción del intendente, en un claro mensaje de minimizar el reclamo de ciudadanos expertos en obras sanitarias. Bien los conozco, soy un ex de la empresa (no jerárquico) y sé que en ellos y en la mayoría de sus empleados, se basa su prestigio.
Pero, en general, así estamos, creyendo este pretendido escritor, conforme a su propio cristal, que lo obvio no importa, aunque lo señale la constitución, las leyes y ordenanzas que algunos pensaron y otros votaron buscando el orden, constituyéndose en normas de convivencia, con las indicaciones precisas de derechos pero también y en la misma medida, obligaciones.
MIGUEL TOSCANO