Contundente ratificación de los adelantos que de manera exclusiva ofrece mdphoy.com y que confirma que la UCR se sumará al PRO, a como dé lugar políticamente sin reparar los costos que signifique en el orden partidario bonaerense, alineándose con el intendente Guillermo Montenegro cuyo intento de reelección ya se descuenta.
Resulta curioso como el presidente de la UCR bonaerense Maximiliano Abad aún no ha recibido la formalización de su precandidatura a vice gobernador, que a esta altura se observa como una salida casi ni decorosa, después de haber entregado sumisamente las banderas al PRO en el Partido de General Pueyrredon, donde Abad no permitió que crecieran ni los hongos.
Abad que no es competitivo, tiene bajo nivel de conocimiento, carece de gestión y su campaña está deslucida, absorbida por Gustavo Posse, quien también compite para ser gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Cuando el titular de la UCR de la Provincia de Buenos Aires visitó La Matanza, lo hizo en una concesionaria Toyota, lo cual disipa las dudas sobre su escasa inserción electoral dado que resulta desconocida su figura donde se radica el 70 % del padrón electoral, y es el distrito más esquivo donde su aporte resulta insignificante y en el cual se define la elección.
Muy lejos quedaron sus propuestas de campaña cuando prometía presentar listas en todos los espacios y rememorando la histórica “los 3 de las 3”. No obstante su capacidad en la rosca de las internas permitió instalar a su esposa Marina Sánchez Herrero como la escribana de Montenegro en la presidencia del Honorable Concejo Deliberante para garantizar los acuerdos.
Sobre Sánchez Herrero hay una especial aversión en la UCR dado que fuentes irreprochables la han caracterizado de no tener militancia ni trayectoria suficiente y provenir de otras filas políticas. La describen como “imposible de fumar”
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