Ayer a la 15.45 el utilitario Citroen dominio PNR 744 (en la foto), se despistó en Patricio Peralta Ramos y Urquiza sin que afortunadamente se produjeran víctimas personales, entre quienes utilizan ese tramo del boulevard marítimo.
Y rápidamente la conclusión resulta inevitable, la escasa circulación de peatones por el lugar por tratarse del lunes siguiente al fin de semana largo de Semana Santa.
Otro podía haber sido resultado, si el siniestro se hubiera producido el viernes, sábado o domingo anterior, cuando miles de personas circularon disfrutando del incomparable paisaje que brinda el escenario de la playa y el mar.
Una testigo que se encontraba en el lugar, sacó las fotos que se publican y agradeció haber tenido la suerte de no haber sido arrollada en el lugar por pocos metros o pocos segundos. No es en tren de hacer conjeturas sino sólo la aplicación del sentido común.
Cómo ese trayecto de Playa Grande al Torreón del Monje, se ha convertido en una especie del corredor de la muerte, donde la reiteración de accidentes de este tipo ya son una amenaza y no resulta recomendable para transeúntes marplatenses y turistas. Es decir que la principal oferta turística de la ciudad se convierte en una amenaza para la integridad física.
No salen en los spots y twitter de la Municipalidad “Tenemos todo”, no están para dar malas noticias, si para hacer todo lo posible para producirlas. La anomia ha invadido la conducción de la ciudad en muchos aspectos y la inmovilización es manifiesta en diversos ámbitos.
Hasta el diario La Capital, del multimedios oficialista por excelencia, ha comenzado a despegarse de la gestión que ahora aparece embretada en la actividad política, mientras la oposición se hace cargo de sus actos de campaña adelantando el 2023.
Esta paralización que se va dando paulatinamente, también hoy se refleja en nuestros espacios sobre las profanaciones en el Cementerio Parque y en los juzgados de Faltas de la ciudad casi al borde de la saturación que sufren hasta los contribuyentes que van a ponerse al día por algún incumplimiento, lo cual permite sostener la planta política.
Esta gestión no resiste una inspección seria, sus aliados en la coalición son los socios del silencio, con la oposición que se debate en sus propias cuitas y se debilita en sus críticas, que son como un boomerang. En este contexto el intendente Guillermo Montenegro halla una zona de confort y se respalda en el 48 % de noviembre 2021.