Como ocurre con otras dependencias municipales, la división Inspección de Tránsito ha sido desarticulada. El personal es insuficiente y el equipamiento existente está reducido a su mínima expresión, en relación al área a cubrir con el servicio y a la cantidad de vehículos en circulación.

“Si no hay controles efectivos vamos a tener que lamentar demasiadas víctimas” dijo el fiscal Rodolfo Moure a Canal 8 al referirse al grave hecho sucedido ayer que se reflejó en todos los medios del país. “Hay un parque automotor de más de 700.000 autos más 300.000 que se agregarán en enero ya que estamos hablando de una temporada exitosa” agregó el funcionario.

Y apeló al Operativo Sol de la Provincia de Buenos Aires, como una salida en el corto plazo para intentar morigerar los efectos de otra pandemia que ha invadido la ciudad sin que existan las medidas de prevención adecuadas y lo que es más grave nadie se ocupa de las mismas. Es el Estado ausente con funcionarios que no funcionan.

“Desde la fiscalía venimos reclamando controles. En el verano debería gran parte del personal afectado por el Operativo Sol ocuparse al transito que nos va a traer grandes problemas en el verano”, expresó Moure.

Está adelantando cuál es el panorama a días vista. Después están las explicaciones de lo sucedido, las medidas contra el infractor, lo que dice la ley, la alcoholemia, el exceso de velocidad, que le retiran el registro de conductor, las penalidades, qué va a pagar los gastos etc. ¿Quién se ocupa de este gran problema que vive Mar del Plata?  Esto no terminó y nos están boludeando mal, estamos hablando de las personas que pueden perder la vida en hechos de estas características.

“La colocación de este nuevo cinemómetro en Alberti y la costa apunta a generar conciencia entre los conductores y a evitar excesos de velocidad en esta peligrosa curva de la costa marplatense donde en reiteradas oportunidades se han producido siniestros viales”, se anunciaba desde el gobierno municipal.

Hoy estamos igual o peor, la realidad inquieta y preocupa. Ayer fueron sólo daños materiales y un suceso que a esta altura ya es algo más que una advertencia. Estamos hablando de un milagro.

Los operativos de control de tránsito se reducen a esporádicas intervenciones en la vía pública en las cuales el personal municipal y policía de la Provincia de Buenos Aires, dan algunas señales de que algo se está haciendo. Evidentemente no alcanza.

Lo que alarma es la falta de reacción del intendente municipal Guillermo Montenegro, que apela al manual de las excusas para salvar sus responsabilidades políticas básicas. Sus funciones exceden el protocolo de la foto en el Festival de Cine y la Feria del Libro. No es todo light. No se trata de exhibir un perfil de relax permanente, cuando nos envuelven hechos como los ocurridos ayer que no finalizan en tragedias de casualidad.

Esta ciudad está en emergencia a menos de un mes del inicio de la temporada, y habrá que acostumbrarse a las malas noticias. Se está conspirando contra la actividad turística en general, tanto cuando se le desvían y malversan los recursos de promoción, como cuando no existen las mínimas condiciones de seguridad ciudadana.

Taxis y remises en horarios nocturnos, sólo cubren el 10 % de la demanda. Quienes llegan a la terminal ferroautomotora quedan librados a su suerte. Tras el asesinato del DJ Leandro “Lele” Gatti, se reclamó mayor presencia de seguridad en la misma de zona de la costa, que es la más transitada por cientos de miles de turistas.

Esto no es una campaña de Punta del Este contra Mar del Plata ni de los medios de comunicación de CABA, empeñados en perjudicar a nuestra ciudad, como se acostumbra a instalar para justificar lo injustificable en este tipos de casos. Ya no asombran por su cantidad y sucesión, sino que se naturalizan a partir de la falta de actitud y aptitud de las propias máximas autoridades municipales.

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