Poco a poco se fueron agotando los argumentos del movimiento transversal, y el límite llegó cuando hubo evidencias que excedían el marco legislativo, dando paso a votos que dejaban escapar evidencias de otros intereses, que rozaban la política y la ideología. Y hay principios que no se negocian. “Ya es imposible acompañarlos, hay excesos que no se pueden acompañar” les avisó Gustavo Serebrinsky a las primeras espadas kirchneristas de la Cámara de Diputados, al jefe de Gabinete de Ministros Aníbal Fernández y a la propia Cristina Fernández de Kirchner.
Luego de la mudanza, el diputado nacional marplatense volvió a la UCR, y está cumpliendo prolijamente con todos los deberes, según lo consigna el diario Perfil en su página 10 de su edición de ayer, bajo el título “Retornan Radicales”.
Dice el matutino:”El viernes se organizó en el Club GEBA, una cena de reencuentro de los radicales que están decidiendo regresar al partido. Entre ellos estaban los ex legisladores porteños, Enrique Olivera, Guillermo Smith, Teresita Anchorena y el senador Samuel Cabanchik, ya distanciados de Elisa Carrió”.
“También fueron los radicales K Mario Meoni, Gustavo Serebrinsky y Norberto Erro, y dirigentes que se habían acercado al macrismo, como Jorge Enrique, Jorge Vanossi y Nora Ginzburg. Además estuvo Marcelo Meis, en representación de Ricardo López Murphy, quien no se reincorporará y seguirá con su propio partido. La bienvenida de regreso a la UCR se la dieron Jesús Rodríguez, Silvana Giudici y Ricardo Gil Lavedra, entre otros. Julio Cobos (con quien Serebrinsky ya se había reunido en este proceso) y Ernesto Sanz faltaron por las inundaciones en Mendoza”.