Me llamó por teléfono. Estaba asistiendo a la Expo de pesca en el predio de Juan B. Justo. Ya había estado el año pasado en la otra, que se hizo en la Base Naval.
El madrileño es ingeniero naval y por su trabajo recorre exposiciones similares en todo el mundo.
A mí me lo presentó, el año pasado, un amigo en la ExpoPesca. Resulta que el ingeniero ese tiene su mujer que es agente de viajes en Madrid, y le había pedido folletería y contactos turísticos en mardel. Por eso nos conocimos. Hicimos buenas migas. Lo llevé a comer carne a un bolichón amigo, y quedó loco.
“Hola, Lucho. ¿Qué hacés? ¡¡Joder!! Estoy en lo de la pesca otra vez, con un ingeniero amigo, compañero de trabajo, pero este es gallego de Vigo… ¿Vamos a comer asado a ese lugar que me llevaste el año pasado? Ese, donde el parrillero está ahí, detrás de la barra, y tu estás mirando la carne que te vas a comer….”.
Fuimos, charlamos de mil, y el de Vigo largó: “oye… queremos ir a pescar al mar… sabemos que hay barcos que salen y llevan turistas… recomiéndame alguno…”.
Terminada la Expo, se querían quedar un par de días más en mardel, ahora de turistas. Mala suerte.
El clima estuvo malísimo y el mar peor. Y no salía nadie a pescar con turistas. Ni “el barco”, ni Mariano De la Rúa, ni Sandokán, ni los amigos de Mar Chiquita. Nadie.
Gran decepción cuando se los dije, pero mi amigo el madrileño largó: “oye… leí que hay unas termas de mar acá cerca…. ármame una salida mañana, que pasado nos vamos de vuelta a España. ¿Vale ?”.
Pan comido, pensé yo.
San Clemente, ten clemencia
Se trataba, era obvio, de Termas Marinas, el complejo de San Clemente del Tuyú.
En la Plaza Colón y en la San Martín hay casillitas que venden excursiones, y entre ellas, un viaje a las Termas esas, que incluye la entrada y el regreso.
Pero no. Era martes, y sólo salen los fines de semana.
Llamado telefónico a Informes del Emtur: “sí señor, cómo no… vaya a la Plaza y…”..
Cuando le dije lo que ya sabía, silencio y luego…
“Espere un momentito”. Consulta con alguien y “anote por favor…”.
Y me pasó una lista de media docena de alquiladores de combis, mini-buses y similares, alguno de ellos intermediarios y otros “agencias de viaje” truchas.
Caliente como pava de lata, obsesivo, dispuesto a no dejarme vencer, los llamé uno por uno.
Va un resumen con un par de conversaciones.
“Sí señor… nosotros vamos… ¿cuántos son?”.
“Dos”.
“¡Ahhh no… ¡yo tengo un ómnibus para 30!”.
Clic (colgó).
Otro:
“Sí señor… ¿cuántos son?”.
“Dos”.
“¡Ahhh no… yo llevo seis…”.
“Bueno… cuánto cobra…”.
“Ya le dije que no, yo dos no llevo…”.
Clic y colgó.
Sos un fracaso
Me sentí un fracasado. Como si más de 50 años de profesión en el turismo no sirvieran para nada (¿sirven?), con mucha vergüenza llamé a mi amigo y traté de explicarle. Me cortó por la mitad.
“Joder… mira tú… y bueno… ya encontraremos qué hacer de hoy a mañana… igualmente, gracias…”.
Ese “igualmente”, me sonó como una puñalada.
Doble puñalada cuando a la media hora me llama y me dice, riéndose:
“Oye tu… anota… en la puerta del hotel un taxi me lleva por 450 pesos de acá… eso sí, no me espera, de manera que, de ahí, luego de las termas tomamos un colectivo (creo, que avión no hay) y nos vamos a Buenos Aires. ¿Entiendes…?”. Con el rabo entre las piernas no le dije nada, le di saludos para su mujer, la agente de viajes y me borré.
Epílogo ¿feliz?
Dos días después recibo otro llamado, esta vez desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza:
“Oye Lucho… te quería agradecer toda tu ayuda (¿?), las Termas esas preciosas, la pasamos de puta madre, nos bañamos, yo le di a mi séptima cervical con el chorro de agua fuerte y comimos unas tapas que aquí llaman ‘picada’ con cerveza tirada artesanal, buenísimo”.
“¿Y cómo viajaron a Buenos Aires?”.
“Ahhh… bien… tomamos un ómnibus que paraba en todos los pueblos del camino…. conocimos La Pampa… que desde el avión no se ve. Llegamos muertos, pero felices… y te pido disculpas, no te llamé desde la Estación de Omnibus de San Clemente que me dijeron que era la nueva, ya que no tenía carga en el celular y ahí no hay quién cargue y además, mira qué raro, no hay teléfono público”.
Nos mandaron a uno que está a dos calles, cruzando la ruta de ahí, pero no funcionaba. ¡Coñete! De forma que no te pude agradecer antes tu ayuda y colaboración”.
Me estaba cargando, seguro.
Me gozaba. No podría, en serio, agradecer una colaboración inexistente, que era un fracaso total.
Cuando cortó, me fui a suicidar ¡por segunda vez!
Si, ya sé.
“Ni el tiro del final me va a salir”.
Quelevachaché
Por Lucho Martínez Tecco
Muy bueno Lucho. Y pensar que aquí, en San Telmo, a 400 kilómetros, está lleno de turistas que, con una buena promoción, podrían hacer una escapada.
CONOCIENDOTE LUCHO, DE SEGURO TE HABRAS DESESPERADO, ESO TE PASO POR NO LLAMAR A LOS QUE ESTUVIMOS EN EL TEMA DE LAS TRAFIC, JODER DE ULTIMA LOS LLEVABA EN MI BERLINGO CONIO Y LA PASABAMOS DE LA HOSTIA Y DE PASO ME HACIA DE UNAS PESETAS QUE ME HUBIERAN VENIDO DE PUT MADRE, Y QUE VIVA LA MADRE PATRIA Y ENTRE NOS, QUE SE JODA MARPLA, ASI ES LA ATENCION AL TURISTA EN LA CIUDAD DE 12 MESES. UN ABRAZOTE. DIEGO
PD:DANIEL MANDA A LOS JHONNYS Y DECILES QUE PREGUNTEN POR MI,YO LOS VOY A PASEAR TANTO QUE NO VAN A QUERER AGARRAR LA SORTIJA DE NUEVO, JAJAJAAAA
Lucho, nuestra ciudad no sale del contexto que vive el pais. El turismo es conocido como la “industria sin chimeneas” pero para eso hace falta tener espiritu de servicio, dar buena atención y entender que al turista hay que darle un servicio de calidad a un bajo costo, como se hizo en esa España de la que todos hablan pero nadie copia. Argentina es una Patria que duele.
nuestra argentina querida y sin los medios importantes no so.o para turistas ya que para nosotros mismos no tenemos cas nada..joder no??? asi estamos un telefono roto, siempre a 2 cuadras, una casilla abierta pero no hay nadie, gente que cobra a lo loco y quiere ganar lo qu enio gana en un mes, es decir robar, fuera de termporada no existe ni el loro, asi no podemos tener 365 dias del anio como dice Pulti.
Si lo que cuenta el amigo no es la “excepción” sino la “regla”, es que lamentablemente Mardel de a poco se va asimilando al resto del país, lástima porque se destacaba por su firme voluntad política de hacer cosas, renovarse, dar buen servicio… En qué mala sociedad nos hemos convertido, joder…
Muy buen comentario, es que Mar del es solo 40 dias al año y no 365 de sol y un marco turistico como existe en España, no se puede comparar nunca, son años luz de plata invertida que uno ve y puede disfrutarla allá y gente un poco menos ladrona que los argentos, acá me da verguena cuando traigo algun amigo de afuera y trato de como escapar que vean la realidad, los llevo yo, jee no se puede confiar ni en los servicios públicos, y en España cada ciudad, aunque sea muy pequeña tiene avión y conecciónes para cualquier parte de Europa, aca todo vuela a Buenos Aires y de ahi a Ezeiza y es un circo y dinero extra, son cosas que te hacen “bajar” y te deprimen, al escuchar luego en la tv al intendente de turno decir cosas que algunos por aver viajado y conocer un poco el mundo no podemos creer.. bueno saludos de un marplanauta viajero x el globo
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