Por Virginia Ceratto
Mariano Moro es un dramaturgo y director que felizmente ha acostumbrado a “su” público a desmedidas dosis de calidad. Y Una mujer en campaña no es la excepción en su extenso repertorio de merecidos éxitos.
Escrita y dirigida por este genio del teatro argentino, y protagonizado por la increíble María Rosa Frega -las comparaciones no valen, ¡pero venga!: esta mujer es una especie de Benny Hill que no precisa más que un guiño oportuno para que te mueras de risa en la butaca-, su personaje es el de una mujer condenadamente incorrecta y paradojalmente inimputable que no vacila en adherir desfachatadamente a cada uno de los prejuicios que son patrimonio de los pacatos, fachos, ignorantes, homófobos, xenófobos (la lista sería muy larga) que forman parte de la consabida sabiduría popular vernácula.
Con una especie de obscenidad ideológica Moro pone en escena el fuera de escena que sólo acontece en la cabeza de muchos y que es políticamente incorrecto manifestar abiertamente. Y por eso, amén del texto brillante y de la brillante actuación, se ríe el público. Convengamos, no porque los espectadores sean prejuiciosos y den rienda suelta a su más escondido interior, eso nadie lo sabe, sino porque todos podemos reconocer a tíos/as, maestras/os, vecinos (otra vez la lista sería larga) en esta diva de la supina ignorancia. Y si nos detenemos un poco, advertimos que Moro pone en evidencia, en una hora, lo que frecuentamos a diario.
Parafraseando la publicidad de un canal de cable: pasa en la vida, pasa en el teatro. Acaso… ¿no se tiñen las mujeres de rubio para estar más lindas y el castaño se pondera cuando la mina es “exótica? En este país donde el 80 % de los niños nacen morenos… ¿no nos muestran dignos descendientes de nórdicos para vender pañales? ¿No se asocia la violencia con la delincuencia? En los diarios… ¿no se consigna la inclinación sexual o la religión sólo si la víctima o el victimario es homosexual o “umbandista” como si esa “condición” predispusiera al crimen… o lo fuera? ¿Acaso usted ha leído… el atacante, heterosexual, católico apostólico romano?
Y más, porque Una mujer en campaña devela los oprobios a los que nos sometemos mansamente como si fueran el pan de cada día (asesores y políticos que no hacen nada, parientes de parientes que engrosan las filas del Estado…) y nos señala: te estás riendo… pues deberías llorar.
Y todo gracias al afinadísimo instrumento de esta Frega que hace tiempo ha demostrado que es, lejos, una de las mejores comediantes argentinas: ella puede pasar de un registro a otro con la soltura de quien ha nacido para eso y encima, se ha preparado para hacerlo, porque algo es indiscutible, con Los del verso la “naturalidad” escénica se logra porque hay mucho, muchísimo trabajo a cuestas y porque nada se deja librado al azar.
Imperdible.