Comenzó la Semana Social 2010, este viernes por la tarde ante 750 personas, el encuentro que se llevará a cabo hasta el próximo domingo al mediodía, en el Hotel Intersur “13 de Julio” de Mar del Plata.
Estuvieron a cargo de la apertura el Obispo de Zárate-Campana, Monseñor Oscar Sarlinga; el Obispo de Gualeguaychú, Monseñor Jorge Lozano; el Obispo de Río Cuarto, Monseñor Eduardo Martín; el Obispo de Goya, Monseñor Ricardo Faifer; el Obispo de Mar del Plata, Monseñor Juan Alberto Puiggari; el Obispo de Neuquén, Monseñor Marcelo Melani; el Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Javier Antonietti y el Delegado Episcopal para la Pastoral Social, Roberto Benzo quienes presentaron la temática central de las próximas jornadas de trabajo: la generación de consensos para erradicar la pobreza y promover el desarrollo integral de todos los argentinos como prioridad del Bicentenario (2010-2016).
En el siguiente panel, el rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina, Presbítero Víctor Manuel Fernández; el Obispo de Zárate-Campana y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Monseñor Oscar Sarlinga; y el Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Javier Antonietti, presentaron el Primer Congreso Nacional de la Doctrina Social de la Iglesia que se realizará el 6, 7 y 8 de mayo de 2011 en Rosario.
Antonietti afirmó que “creemos que la Doctrina Social de la Iglesia genera el marco cultural que nos permitirá erradicar la pobreza y promover el desarrollo integral”. Monseñor Sarlinga, por su parte, profundizó sobre el eje antropológico de la Doctrina Social de la Iglesia y detalló algunos principios fundamentales que en ella se abordan: el bien común, la solidaridad, el principio de participación, de legalidad, de subsidiariedad, entre otros. Por último, el Presbítero Fernández, refiriéndose a la solidaridad y a la importancia de promover actitudes de encuentro, afirmó: “Ninguno de nosotros puede realizarse a sí mismo si no se sale de sí. No hay otra manera de funcionar como ser humano. Nos propusimos un desafío difícil; erradicar la pobreza es un sueño grande y no hay sueños grandes sin grandes logros”.
Junto con Monseñor Casaretto y Monseñor Sarlinga, Monseñor Puiggari dio la bienvenida al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y al Intendente del Partido de General Pueyrredón, Gustavo Pulti. Este último se refirió directamente a la problemática de la pobreza y dijo, “durante mucho tiempo se habló de la pobreza como defecto y no como obligación de la sociedad”.
Scioli habló concretamente de las distintas acciones que se llevan a cabo en la provincia para contribuir con la erradicación de la pobreza y la exclusión. Luego expresó que “les quiero agradecer estas jornadas de reflexión. Voy a estar atento a las conclusiones y, como lo hago habitualmente, las escucharé con humildad, con mucha responsabilidad y sensibilidad esperando que, como siempre, sean para mí y para todo mi equipo una guía de trabajo porque ustedes, en definitiva, se están haciendo eco de lo que se está escuchando y viendo en cada una de las parroquias, de los barrios y los rincones de nuestra provincia”.
Monseñor Casaretto agradeció al Gobernador su presencia y la valoración de todo el trabajo que la Iglesia está haciendo mediante la generación de contextos de diálogo y encuentro para que entre todos podamos elaborar este proyecto del Bicentenario: erradicar la pobreza y la exclusión.
El prelado afirmó que “todos necesitamos fortaleza espiritual para avanzar sobre estos problemas sin perder la esperanza y sin decaer en esta perseverante actitud de ser agentes de transformación social. Si ustedes están acá es porque ya están comprometidos. Esto implica desechar actitudes de queja y reemplazarlas por una verdadera gratitud a la oportunidad que nos da Dios de trabajar por los demás”.
“Para que esta sea una vida de gratitud y tenga sentido, no alcanza con estar procupados por la pobreza sino que es fundamental estar expuestos a los pobres para que puedan tocar nuestro corazón. Al estar expuestos a las necesidades de los demás encontramos el verdadero sentido de nuestras vidas que tienen que ser transformadas por ese dolor. La pobreza hoy es una problemática integral y, por tanto, requiere de una solución integral. Tenemos que generar comunidades de preocupación por los demás. De ahí la importancia del diálogo y de la generación de consensos, del encuentro, la comunión y la reconciliación”, expresó Casaretto.
Por último se refirió al siglo XIX como el siglo de la libertad, al XX como el de la igualdad y consideró que el siglo XXI debe ser el siglo de la fraternidad. “Esta es la tarea de los argentinos de los próximos años: tratarnos como hermanos. Estos hermanos más pobres son, ante todo, mis hermanos.”